El Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Canarias (COFC) ha advertido este verano de que las zambullidas inadecuadas en piscinas o playas pueden provocar lesiones físicas graves, como lesiones medulares o traumatismos craneoencefálicos, o con posibles secuelas, como fracturas vertebrales y en extremidades. Coincidiendo con la estación en curso, el COFC reitera a la población, en general, la necesidad de tomar precauciones a la hora de tirarse de cabeza en piscinas, o zonas de la costa con el objetivo de evitar sufrir algunas de estas lesiones que pueden condicionar, o limitar la movilidad de la persona.

Las lesiones medulares por zambullidas imprudentes o temerarias representan la tercera causa de invalidez en menores de 25 años, señala el COFC. Además, los meses de verano son los que registran una mayor incidencia, según recogen las estadísticas publicadas por Cruz Roja.

Para el COFC es muy necesario que los bañistas tomen conciencia del peligro que puede suponer sumergirse en el agua de forma inadecuada. Por todo ello, el COFC recomienda la necesidad de adoptar una serie de precauciones.

La primera y más elemental es evitar tirarse de cabeza sin conocer la profundidad de la piscina o de la zona de la costa. Por norma general, la profundidad deberá ser superior a los 1,5 metros, aunque si el bañista se lanza desde una mayor altura la profundidad también debe ser mayor.

Aunque sea una zona conocida y que solemos frecuentar, no debemos confiarnos ya que un simple cambio de marea puede hacer que las condiciones del fondo sean diferentes por piedras o bancos de arena.

Además, hay que introducirse lentamente en el agua y de pie y, en caso de lanzarse de cabeza, que sea con los brazos estirados situados en prolongación del cuerpo. Se debe evitar saltar o bucear en aguas turbias en las que no se aprecien otros nadadores y objetos.

Asimismo, se debe tener especial precaución con bordillos y zonas mojadas de piscinas para no resbalar, caer al agua, lesionarse o lesionar a otros. También se debe tener precaución con toboganes y trampolines.

Del mismo modo, hay que procurar bañarse en zonas reservadas y habilitadas al efecto, evitando áreas no aptas o por las que circulen vehículos acuáticos (motos, tablas de windsurf, lanchas...). Además, se deben elegir playas o piscinas que estén supervisadas o vigiladas por socorristas, y respetar las banderas de señalización.

Cualquiera de las lesiones señaladas, desde una contusión a una pequeña fisura, acaba -como poco-con el plan de vacaciones.

las claves

Medir los movimientos es algo normal en cualquier actividad de la vida física. Sin embargo, el agua parece eximir al individuo de ese elemental gesto de precaución que también debe observarse al cambiar de elemento y dinámica. Tomar carrera para lanzarse al agua es un ejercicio predilecto de los jóvenes, pero un simple resbalón en el suelo mojado de una piscina puede acabar con un golpe fatal.