La masonería "operativa", viva a través de siglos, custodiada por constructores, asumiendo la tradición simbólica de Israel o Egipto, desemboca en la masonería "especulativa" oficialmente en 1717 en Inglaterra, reconociendo a las logias a partir del siglo XVIII en Europa, aunando el bagaje de su sabiduría ancestral. Hace unos años, Consuelo Conde, licenciada en Historia y archivera en el Gobierno de Canarias, comienza un trabajo de investigación sobre logias masónicas tinerfeñas, a raíz del conocimiento de la existencia de sellos masones, acreditando correspondencia entre logias canarias con logias de América y Filipinas, según le muestra el especialista y catedrático de Historia Manuel de Paz. "No existe una presencia femenina masona explícita en Tenerife, respecto a la vertiente ritualística oficial, pero sí hay constancia del acompañamiento de la mujer y presencia en actos abiertos como "tenidas blancas", afirma Consuelo, exponiendo que "cada logia masónica tiene su obediencia, y la Gran Logia de España, de tinte más conservador, no admite mujeres en su seno, mientras la Gran Logia Simbólica Española, o la Logia Femenina de Francia, al incidir en una filosofía más liberal, admiten féminas, que realizan trabajos sociales o docencia, basados en principios de tolerancia y buenas costumbres".

Los masones no definen su espacio de crecimiento intelectual en la religión o en la política, sino que postulan el ejercicio de principios universales, como la libertad, igualdad y fraternidad. "Afortunadamente, los sellos masones señalan la existencia de la Logia Teide 53, con el icono del volcán flameante, o la Logia Taoro 90, a finales del s. XIX, encontrando sellos interesantísimos con grabaciones alegóricas de dragones, acacias o escuadras, mientras que la inauguración del Templo Masónico en Tenerife fomenta entre 1903 y 1905 una pródiga etapa de mujeres en la masonería canaria. Este templo tuvo cuadros presididos por mujeres representando a la verdad y la justicia. La mujer actualmente en la masonería tiene mucho que decir, pues tiene un papel renovador, aunque nuestra sociedad desconoce en parte la gran acción social llevada a cabo por estas damas". El profesor universitario De Paz cita con cariño el dicho de Unamuno: "Las mujeres son la Historia", y recuerda un encuentro trascendente con Libertad Marté, gran Maestre de la Gran Logia Femenina de Francia, "quien me mostró una capacidad moral, integridad, y gran vitalidad de principios extraordinarios, logrando la fundación del Centro de Estudios de Masonería Española". Otras mujeres vinculadas a la masonería, como Clotilde Cerdá, llamada artísticamente Esmeralda Cervantes, arpista alabada por Wagner como un verdadero genio, o la poetisa palmera Leocricia Pestana, quien compuso un brindis por el "buen masón", son féminas en estudio por Manuel de Paz, incluyendo a Mercedes Pinto, que "desarrolló en La Habana un trabajo evolutivo femenino con conferencias, apostando por la democracia, como suscribiera la republicana Belén Zárraga. La mujer en el s. XXI tiene la labor social de cohesionar a la sociedad, trabajando con sensibilidad y responsabilidad, ya que siempre ha demostrado más sensatez que el hombre".