El filósofo alemán Theodor Adorno se preguntó en cierta ocasión si era posible hacer arte después de Auschwitz. "Sí se puede, pero nada volverá a ser lo mismo", responde el poeta santacrucero Carlos Javier Morales Alonso, autor del libro "César Vallejo y la poesía posmoderna. Otra idea de la poesía", que el pasado viernes se presentó en la capital tinerfeña.

"El poeta moderno creía que la poesía era como la nueva religión y, que por lo tanto, te podía salvar de todas las angustias de la vida real", adelanta este docente nada más abrir una conversación en la que insiste en marcar el espacio en el que se ubica este trabajo: "La posmodernidad llega cuando la poesía ya no es un camino de salvación", precisa en relación a una situación de cambio condicionada por la Guerra Civil española o la Segunda Guerra Mundial. "A partir de ahí la poesía te puede permitir conocer mejor al hombre, te puede deleitar con su lectura o te puede suscitar sensaciones sublimes, pero lo que no puede hacer es salvarte", enumera un escritor que contó con la presencia en el acto de presentación de este libro de Petra-Iraides Cruz Leal, profesora de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de La Laguna.

Morales Alonso tiene claro que el lenguaje poético puede generar cierta lucidez en un lector, pero normalmente "cuando cierras un libro de poesía tu vida no sufre grandes cambios, esa transformación la tiene que realizar cada persona y no la poesía", puntualiza en relación al pensamiento que sí existía en los años 10 y 20 del siglo XX. "¿Si Vallejo, que es un poeta muy extrañísimo desde su primer libro -"Los Heraldos Negros"-, pone en práctica las reglas que definen el posmodernismo por qué es considerado un poeta tan extraño?", expone Carlos Javier para dar a conocer el motor de un libro editado a nivel nacional por Verbum.

El escritor canario tira de otro ejemplo para establecer un punto de ruptura en el universo poético posmoderno. "El poeta ha dejado de ser un dios para convertirse en un hombre que escribe sus poemas en la cárcel". Toda esa humanización, justificada por Morales Alonso en este libro, hace que el poeta se convierta en un hombre igual de desvalido como cualquier otra persona que pueda caminar por una calle, es decir, que no hay nada extraordinario dentro de él", resume.

Lo único que sí considera poco habitual Carlos Javier en la mente de César Vallejo "es su claridad y enorme calidad para expresarse con la poesía. "La poesía es una manera excepcional y lúcida para expresar el desvalimiento del ser humano y él lo hace con una rotundidad fuera de lo común", elogia el autor de esta revisión poética.

Uno de los objetivos que se marcó Morales Alonso al acometer este proyecto era demostrar con datos comprobados que "Vallejo es un poeta que se anticipa a la posmodernidad al menos 20 años". A juicio del tinerfeño este libro pretende definir y caracterizar "como creo que no se ha hecho hasta la fecha en el mundo occidental que yo conozco -en el ámbito anglosajón, alemán, francófono- y en el marco hispánico con la mayor exactitud posible que es la poesía posmoderna y en una segunda parte demostrar por qué César Vallejo se adelanta a todo eso, ya que siendo un poeta que interesa a los modernos nunca dejó de interesar a los posmodernos".

Carlos Javier matiza que hay que ponerse en la sociedad peruana de 1919, que fue cuando se publicó "Los Heraldos Negros", el número de poetas y la calidad de los mismos era importante. "A la mayoría de ellos este libro no les dijo mucho", puntualiza el canario. "A unos pocos les pareció atrevido y a otros sus poemas le resultaron bastante prosaicos. José María Eguren, por ejemplo, le parecieron unas composiciones cotidianas, pero es que lo cotidiano se había superado con el romanticismo", revela.

"Hablar de un pan que se está quemando en un horno no tiene nada de divino y, en general, esa poesía causó desprecio", simplifica Carlos Javier antes de analizar lo que ocurrió con "Trilce". "Es un libro publicado en 1922 en Lima que si es dificilísimo de entender en 2013 cómo no lo iba a ser entonces. ''Trilce'' se convirtió en un galimatías y los pocos que se lo leyeron dijeron que era un disparate. Esa es una obra difícil de leer si la quieres entender de pe a pa, pero es que la poesía no está hecha con ese objetivo... La poesía se hace vivir una experiencia profunda que puede transformar las maneras que tiene un lector de comprender las cosas que le rodean", incide.

El autor de "César Vallejo y la poesía posmoderna. Otra idea de poesía" defiende que el que no ha querido ver en los versos del escritor nacido en la localidad de Santiago de Chuco (1892) en concepto de posmodernidad "es porque tiene una mente muy estrecha y no ha sabido leer y sentir el contenido de cada una de sus composiciones", concluye.

Darya Borisovna conoció en su juventud el esplendor de la corte del zar Nicolás II. Allí cuidó del zarévich Alexei, el heredero del trono, hasta los sucesos que desembocaron en la ejecución de la familia imperial. Cuando el régimen soviético se ha derrumbado, en 1991, ya sólo es una anciana con fama de hechicera. Un grupo de aristócratas considera que Alexei sobrevivió a la matanza, y un heredero del zar podría cambiar el futuro político de Rusia. Borisovna recompone su propio pasado.