CONCLUIMOS nuestro comentario de ayer con una afirmación categórica: estas Islas serán marroquíes cuando Marruecos las reclame. La monarquía alauita contará en estos momento con el apoyo de Estados Unidos, de la ONU y de otros organismos internacionales. Además, tendría a su favor una incuestionable razón moral y geográfica, porque el Archipiélago canario está en sus aguas y pertenece a su mismo continente. En definitiva, sólo nos salvaremos de ser súbditos de una monarquía (la borbónica o la alauita) si nos constituimos en país independiente e ingresamos en los foros internacionales: ONU, OUA, etcétera.

Este peligro de anexión marroquí, junto con el inapropiado "gran" antepuesto al nombre de Canaria, es uno de los angustiosos problemas que padece el pueblo isleño. El "gran" perturba la convivencia del Archipiélago no sólo en las demás islas, sino también en la tercera, muchos de cuyos habitantes lo toleran y hasta lo promocionan. ¿Por qué son grandes lo habitantes de una isla y no los de las otras seis? ¿Cuánto tiempo más vamos a soportar esta ignominia? El Parlamento, el Gobierno y los partidos que no resuelvan esta situación están condenados al infierno del silencio y el desprecio de los canarios. Alguien dirá que "a la mar fui por naranjas / cosa que la mar no tiene / metí la mano en el agua (es lo que ha hecho EL DÍA) / la esperanza me (nos) mantiene". Estos versos los escribió un poeta socialista de pro; un socialista humanista, no un socialista político como los indeseables actuales. Pedro García Cabrera fue un ilustre gomero y un ilustre canario. ¿No merece que se le considere un gran canario aunque no haya nacido en la "gran" Canaria?

ENTRAMOS en materia. Sin ánimo de ser alarmistas, hace mucho tiempo que advertimos a todos cuantos quieran escucharnos del peligro que corremos ante las ambiciones expansionistas de Marruecos. Lo comentábamos al principio de este editorial y lo repetimos ahora: el Reino alauita puede anexionarnos cuando le apetezca. La Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Marruecos, cuyo límite exterior comprende las 200 millas para hacerla coincidir con la plataforma continental, engloba a todo el Archipiélago canario excepto las islas de La Palma y El Hierro, como puede verse en el mapa que incluimos en esta misma página. Ello es posible porque Marruecos, como Estado soberano, instituyó su ZEE mediante el Dahir de abril de 1981, conociendo, como conocía, que enfrente no tenía ningún estado que se opusiera a dicha delimitación.

El nudo gordiano de este asunto está en que los acreditados juristas marroquíes, más inteligentes, mejor preparados que los españoles y más combativos a la hora de defender los intereses de su patria, saben perfectamente que España no puede ser sujeto del Derecho Internacional "por cuenta de Canarias", ya que este es un archipiélago africano. Su manifiesta extraterritorialidad respecto a la Metrópoli que lo coloniza y lo sojuzga es reconocida por la propia Unión Europea, al referirse a estas Islas como Región Ultraperiférica. En palabras claras, ni siquiera Europa nos considera europeos porque en realidad no lo somos. Ni europeos, ni españoles, por mucho que se empeñe en decirlo la Constitución española, que acatamos por la fuerza de las Fuerzas, pero que no aceptamos. Por si fuera poco, la ZEE no está desarrollada y en consecuencia no existe jurídicamente.

ESPAÑA nos engaña en este aspecto. Los medios de comunicación españoles guardan silencio sobre este vergonzoso asunto. La reclamación de nuestro mar territorial, las aguas canarias, la ZEE canaria, es una de las principales razones ?no la única, pues también está, entre otras, el genocidio que sufrieron los guanches? para reivindicar la independencia de nuestro Archipiélago. ¿Saben esto los nacionalistas oficiales de la paraestatal CC? ¿Lo saben los Ríos? ¿Lo sabe doña Oramas, don Perestelo y el otro cuando se ponen a jugar a la política pura en Madrid, a costa del sufrido bolsillo de los canarios que están pasando hambre? Porque si lo saben y no hacen nada, están cometiendo un crimen contra su pueblo.

La situación sería muy distinta en el caso de que Canarias fuese una nación soberana. Como país independiente y con estado propio, nuestras Islas podrían oponerse a la delimitación actual de la ZEE marroquí. Una cuestión de suma importancia y urgencia, ya que el Gobierno de Rabat se dispone a ampliar 150 millas más hacia el oeste dicha Zona Económica Exclusiva. Con ello, todo el Archipiélago estaría dentro de la misma. En definitiva, la tan impuesta y cacareada españolidad de Canarias es la que impide, por una parte, delimitar nuestro perímetro archipielágico, mientras que por otra nos pone a merced de Marruecos.

¿PODRÁ ESPAÑA oponerse a las pretensiones de nuestros vecinos magrebíes? Difícilmente. España es un país débil, gobernado por políticos socialistas completamente desacreditados en los foros de todo Occidente. No hay más que ver el caso que le hacen a Zapatero en las reuniones internacionales. Ninguno. Si se suscitara abiertamente un conflicto con Marruecos por las aguas canarias, España nos abandonaría para no enfrentarse a Rabat, como hizo con el Sáhara en 1975. A Madrid no le importa lo que ocurra en Canarias. Lo único que le interesa, como decíamos en nuestro comentario de ayer, es mamarse nuestras riquezas. ¿Cabe en cabeza alguna que, mientras el pueblo canario pasa hambre, sigamos sin poder acceder a nuestras riquezas, que son inmensas, porque lo impiden los peninsulares para disfrutarlas ellos? Para mamárselas ellos, volvemos a decir con perdón del lector por el lenguaje, fruto de nuestra creciente indignación.