El Cabildo de Tenerife fue escenario ayer de la presentación del proyecto ganador del concurso de ideas para la remodelación de la plaza de la Basílica de Candelaria. Durante el acto informativo, que contó con la presencia del presidente de la Corporación insular, Ricardo Melchior, y de la consejera insular de Planificación, Pino de León, los arquitectos redactores del proyecto, César Ruiz-Larrea y Eustaquio Martínez, dieron cuenta de los principales hitos constructivos de una actuación que cambiará por completo la faz de la villa mariana.

El ámbito territorial de la actuación, que supondrá una inversión de más de 18 millones de euros, se extiende sobre una superficie de 46.600 metros cuadrados que abarca las tres áreas sobre las que se pretende actuar, es decir, la plaza y sus aledaños; el paseo de San Blas, incluido el acceso a la cueva y a la ermita, y el barranco de Tapia.

El presidente del Cabildo recordó que la plaza de la Patrona General de Candelaria forma parte de las Plazas de Interés Insular que la Administración insular ha venido reformando, como ocurrió con la plaza del Cristo, en La Laguna o, más recientemente, con la plaza de España en Santa Cruz. Asimismo, enfatizó ante los presentes, entre los que se encontraba el alcalde de Candelaria, José Gumersindo García, la importancia de esta actuación, que calificó de "ambiciosa" y "muy compleja".

Por su parte, la consejera de Planificación, Pino de León, remarcó la necesidad de modernizar un enclave al que acuden miles de personas durante todo el año y que, además, comporta un gran componente sentimental inherente a todos los habitantes de la Isla.

El proyecto

Según sus autores, la propuesta para la remodelación de la plaza de la Basílica y su entorno parte del respeto, la conservación y la puesta en valor de todo el patrimonio arqueológico, cultural y religioso de la zona. El proyecto se estructura en un conjunto urbano que se desarrolla desde la Basílica y su plaza hasta el barranco de Tapia, pasando por la calle Antón Guanche, el barrio de Santa Ana y el paseo de San Blas.

La actuación, cuyo proyecto de ejecución podría estar encargado para antes de verano, pretende dar respuesta a la problemática actual de la plaza y sus diferentes usos, así como estructurar las zonas anexas redistribuyendo sus ordenaciones viarias para generar la cohesión de toda la estructura urbanística.

La propuesta plantea dos itinerarios diferenciados: uno cultural y otro natural. El primero de ellos articula las piezas religiosas y profanas a lo largo de un paseo peatonal que restringe el tráfico rodado a los servicios públicos y que potencia el disfrute de todo el espacio por parte de los ciudadanos. El itinerario natural recupera la traza del barranco de Tapia y propone soluciones de regeneración medioambiental con un jardín botánico de especies endémicas canarias que enlazaría, a través de un recorrido determinado, el barrio de Santa Ana con la ladera de San Blas.

El centro religioso se articula como elemento focal generador del orden de toda la actuación en la que, además, cobra mucha importancia el aprovechamiento y la regeneración medioambiental. Asimismo, se ha tratado de "limpiar" la plaza y devolverle el carácter sacro.

Los arquitectos redactores del proyecto ganador destacaron como una de las principales particularidades del enclave que uno de los laterales de la plaza esté proyectado hacia el mar, hecho insólito en la mayoría de las grandes plazas urbanas.

Por último, la rehabilitación de la cueva de Los Camellos, la plantación de especies autóctonas en todo el entorno, una red de senderos peatonales y la dotación a todo el conjunto de nuevo mobiliario son las otras propuestas que se incluyen en el proyecto de rehabilitación de este entorno.