Los sismógrafos registran una media de tres movimientos sísmicos al mes en Canarias, la gran mayoría imperceptibles para la población y localizados en la falla que se sitúa en el fondo del mar, entre las islas de Tenerife y Gran Canaria.

Precisamente, los especialistas consideran que la existencia de esta falla representa un alivio, dado que permite la salida de las tensiones que se producen en el subsuelo. En este sentido, en Canarias no se vivirá un episodio como el ocurrido en Haití, donde la acumulación progresiva de esas tensiones se liberó provocando un terremoto de dimensiones catastróficas.

Otras hipótesis hablan también de un reajuste de placas, al ser Tenerife más joven geológicamente que Gran Canaria.