Hasta hace unos años, y aparte de los taxis, el único transporte público en las Islas eran las míticas guaguas. Tenerife cuenta ahora con tranvía y espera disponer en unos años con nuevas líneas de este medio y de trenes. Lejos de perjudicar a las guaguas y a la compañía referente (Titsa), el gobierno insular insiste en que el futuro de la movilidad pasa por una buena coordinación de todos los transportes para convencer cada vez a más personas de que prescindan del vehículo privado y contribuyan así a conservar el medio ambiente. Sin embargo, la visión de CC contrasta claramente con la de la oposición socialista en la Administración insular, la de buena parte de los trabajadores de la compañía y con la de diversos colectivos de usuarios, que no sólo son muy escépticos y críticos respecto al futuro, sino con la situación actual y lo ocurrido en los últimos veinte años. El debate de EL DÍA reflejó sin excesivas dudas esta divergencia.

Aunque admite errores y considera que se debe apostar por un modelo nuevo basado en un consorcio insular que implique mucho más a los ayuntamientos, el coordinador de Movilidad y Seguridad del Cabildo, Manuel Ortega, cree que se ha avanzado mucho y que se realiza un gran esfuerzo económico con Titsa, que alcanza el 20 por ciento del presupuesto insular (la compañía cuenta con 1.700 trabajadores, la mayor empresa de Tenerife, y una partida para 2010 de 45 millones de euros, cuando el tranvía gestionará 15). A su juicio, la clave pasa por una red nodal con trenes, tranvías, guaguas y taxis coordinados.

José Luis Delgado, consejero insular socialista especializado en materia de Transportes, confirma ese esfuerzo económico, pero considera que CC ha fracasado con su modelo y con su gestión desde 1987 porque el dinero no se corresponde con los servicios, aparte de haber desequilibrado la Isla con mucha oferta en el área metropolitana en comparación con los otros municipios, "con zonas abandonadas, como si fueran ciudadanos de quinta categoría".

Juan Padrón, miembro de Intersindical Canaria en Titsa, sostiene que el debilitamiento de los servicios, sobre todo nocturnos, y la creciente precariedad de las condiciones de los trabajadores resulta innegable, aparte de dudar profundamente de que se quiera apostar de verdad por la guagua ante situaciones como los retrasos de los carriles bus o los esfuerzos enfocados en los trenes y otros transportes, como las nuevas líneas de los tranvías.

Esta visión sale reforzada en boca de Rita López, del Foro de Movilidad del Puerto de la Cruz. Usuaria habitual de Titsa, cree que las carencias o insuficientes medios por el estado de muchas marquesinas o su inseguridad, la frecuencia y características de muchos servicios, los problemas de accesos a zonas periféricas de los municipios y la apuesta por el tren o el tranvía dejan a la guagua con un futuro incierto. Una situación que, a su juicio, va en perjuicio del medio ambiente por la ocupación de terrenos y de las arcas públicas por el elevado gasto en otras infraestructuras sin muchas garantías de que los usuarios de vehículos privados cambien sus hábitos y se suban a las guaguas.

Los carriles bus

Para López, la calidad del servicio en Tenerife es bastante mala, sobre todo fuera de las zonas céntricas. "Hay muchas marquesinas en mal estado, con gran inseguridad o que simplemente no existen y se necesitan. Faltan carteles informativos y mobiliario para personas mayores, aunque lo más grave es que nunca se ha apostado de verdad por los carriles bus. ¿Por qué no se prueba un carril de este tipo en la autopista del Norte con conos y debemos esperar a 2017 para ver si acaban el prometido tren, al que nos oponemos por su impacto ambiental y porque no solucionará el problema de movilidad? Seguro que muchos que van en coche optarían por la guagua", afirma.

Padrón coincide y censura el retraso de los carriles bus hacia el Sur, al tiempo que critica la falta de guaguas por la noche, "lo que supone un peligro para la juventud, que opta por el coche cuando intenta divertirse. Se invierte mucho en trenes y tranvías cuando los carriles bus serían mucho más baratos. Hay muchas posibilidades, como las tarjetas tacto, que no se están aprovechando para hacer más atractiva la guagua".

Delgado comparte en buena parte este diagnóstico y califica el servicio de "nefasto". A su juicio, se debe premiar el uso del transporte público y penalizar el privado, "pero el modelo de Titsa ha fracasado en este intento por la gestión de CC. El desfalco en la compañía -apunta- fue de 6 millones de euros y nadie ha asumido la responsabilidad".

Aunque tiene claro que el resto de medios de transporte (taxistas incluidos) son compatibles y necesarios para la guagua, sobre todo para solucionar los cuellos de botella a la entrada de las ciudades, subraya que "no se puede tardar cinco años en hacer un carril bus, como el del Sur". En su opinión, el fracaso de CC queda probado por la "superposición de medios y el exceso de oferta en el área metropolitana en comparación con el resto de la Isla. Se ha de rediseñar el sistema", sentencia.

Ortega recoge el guante y replica que se pone demasiado énfasis en la oferta y no en la demanda. No obstante, le agradece al PSC que propusiera desde hace tiempo la elaboración de un documento sobre el transporte en la Isla, que se encuentra en periodo informativo. Pese a su visión más optimista, admite que el Cabildo ha cometido un error al no percatarse del todo de la gran movilidad existente entre las comarcas Norte y Sur que obvia el área metropolitana, por lo que reconoce que existe un desequilibrio insular. "La oferta ha estado equivocada", admite, al tiempo que da la razón a López sobre el estado de algunas marquesinas y otros servicios, si bien aclara que Tenerife cuenta con 3.600 paradas, "el doble que Gran Canaria. Este año hemos reservado 1,5 millones para mejorar las de mayor tráfico y peligro", añade. Además, cree que los carriles bus de la Isla "deben hacernos sentir orgullosos, pues nos ahorran tres millones de euros al año, si bien el del Sur, que lleva dos años de obras, se ha retrasado un poco por las líneas de telefonía".

El problema competencial

Su autocrítica la dirige también al intento de atender, "con una misma red de guaguas, los servicios directos e indirectos, lo que ha hecho que haya algunos muy sinuosos, cuando debe existir un sistema con tres patas: los servicios interurbanos directos tradicionales, las guaguas metropolitanas que no atiendan a la condición de urbanas y las comarcales. Esto implica cambiar un tabú histórico, con transbordos y recorridos menos largos, pero nos topamos con el freno administrativo y el marco competencial, ya que muchos ayuntamientos aún no saben que tienen obligaciones sobre transporte público, sobre todo los de más de 50.000 habitantes, aunque los otros también, si bien muchos acaban inhibiéndose o buscando una red local. El futuro pasa por fusionar las redes urbanas en una insular. Se debe delegar las competencias en una autoridad de tipo consorcio insular, que incluya a los taxis. Se ha ido avanzando con los convenios bilaterales, pero se ha de cogestionar y cofinanciar más". En este sentido, destaca lo hecho en buena parte por Santa Cruz, La Laguna, Adeje y Arona.

Esta última alusión sirve a Delgado para censurar precisamente el caso de Arona, "ya que se trata de una única línea hacia El Palmar, que copaga el Cabildo, cuando, por población, debería asumirlo sólo el ayuntamiento, con lo que se trata de un agravio comparativo". En su opinión, el consorcio que plantea Ortega "sería un error que usurparía la competencia municipal y que sólo supondría la supresión de líneas de las zonas más marginadas. El PSC defiende el modelo municipal. Se ha de cumplir la ley. Arona debe ofertar una red en todo la localidad. La autoridad única no ha funcionado en muchos sitios. En Masca, se ha suprimido la línea por cuatro duros, porque se dice que el servicio no es rentable. Por eso es tan importante que estas cuestiones dependan de la administración más cercana. Hemos de reeducar, reinventar el transporte público y ofrecer un buen y completo servicio, ya que la gente no coge guaguas porque es muy molesto".

El sindicalista cree que "sobran diagnósticos y faltan decisiones", al tiempo que reivindica el valor público de esta prestación. "En ningún sitio he visto un servicio de guaguas público que dé beneficios y sea rentable".

Ortega recalca que el Cabildo "callejea toda la Isla y se ha metido durante mucho tiempo en algo que no debía, asumiendo líneas de municipios grandes que no tenía que llevar. Debemos mejorar los servicios sin incrementar el déficit; por eso la interacción es buena. En Gran Canaria existe una autoridad única y yo no diría que no funciona..." Delgado contraataca con los servicios que presta, por ejemplo, el ayuntamiento socialista de Guía de Isora e insiste en que ha fallado el modelo y la gestión. Ortega cree necesaria una "revolución cultural" para mejorar la movilidad, algo que, a su juicio, pasa ineludiblemente por transportes públicos coordinados.

El resto de invitados están de acuerdo, pero discrepan en las prioridades, en las acciones a emprender a distintos plazos y en la visión global. Se trata de una cuestión de modelos y gestión.

N. VIZOSO/A. MORALES Fotos: MARÍA PISACA