El tiempo reinante ayer en Santa Cruz no ayudó a cumplir con las expectativas de los responsables del Parque Marítimo, ya que a lo largo de la jornada de la reapertura, tras 15 meses de cerrado, la capital amaneció nublada hasta que, alrededor del mediodía, el tiempo dio un respiro que animó a la asistencia. Fue un día para el reencuentro de los usuarios habituales, que sumaron en este reestreno más de 500 personas, muchas de ellas fieles a estas piscinas desde hace más de 15 años.

Pero también se acercaron grupos de jóvenes, que fueron los más madrugadores, buscando la oportunidad de darse un buen baño en una ciudad muy escasa en este tipo de espacios y con dificultades para ir a Las Teresitas.

Las dos piscinas que se han puesto en uso, que son el lago grande y la de los niños, son vaciadas cada tarde a partir de las 19:00 horas, después del cierre, para que a primera hora de la mañana del día siguiente, tras una limpieza a fondo con cloro a presión y su llenado con agua de mar, estén en condiciones de uso. Con esta medida se intenta paliar la falta de adaptación a la nueva normativa sanitaria de tratamiento de aguas, algo que se logrará con las obras que se realizan en la actualidad y que se reanudarán en septiembre tras esta apertura provisional.

En este nuevo periodo de apertura se respira una intención de borrón y cuenta nueva y convertir este espacio en lugar de encuentro, como lo demostraban los calurosos saludos de quienes hacían más de un año que no se veían. La capacidad del parque es de unas 1.700 personas, y las hamacas disponibles eran suficientes, pese a que durante la época de cierre muchas de ellas se quemaron o rompieron.

Se han recuperado antiguos locales como el buffete, donde la imagen de César Manrique está presente en cada rincón y donde los usuarios podrán almorzar o tomarse un aperitivo con los precios de hace dos años.

Así, el menú, que incluye un primer plato, segundo, postre y dos bolitas de helado, cuesta 9,50 euros; mientras que el plato combinado está a 6,50 euros. Tanto en este local de restauración como en la pérgola, los refrescos y cervezas cuestan 1,50 euros, así como una variada oferta de hamburguesas, sandwiches y bocadillos, con los que pasar un día en familia y seguir en esta época el Mundial de Fútbol o la Fórmula 1 en las pantallas que se han instalado.

La entrada experimenta una rebaja de 50 céntimos respecto a los precios del momento en que se cerró. Ahora los adultos pagan 2,50 euros, y los niños y mayores de 65 años, 1,50. En cuanto a los servicios, la hamaca tiene un precio de 2,50 euros y la sombrilla, de 3. Los incondicionales pueden adquirir por 35 euros un bono de 10 días que incluye entrada y hamaca.

Los responsables del Parque aseguran que están dispuestos a tratar casos individuales de familias en situación de desempleo para ofertarles un precio especial, y muestran su voluntad de atender todas aquellas sugerencias que se planteaban desde ayer.

Además, se ha recuperado el kiosco Chispas, donde se puede adquirir desde un periódico, las revistas del corazón a flotadores, manguitos y la crema protectora, que muchos usuarios siempre olvidan en casa.

Personas mayores emocionadas y agradecidas por esta apertura insistían en que contar de nuevo con estas piscinas es una cuestión de salud y comodidad por la proximidad del recinto, que al igual que los jóvenes, insistían en que ellos, como usuarios, no tenían la culpa de los problemas políticos y legales que llevaron al cierre.