Las agrupaciones insular y local de Santa Cruz de Tenerife se despertaron ayer con la noticia de que, finalmente, la Ejecutiva federal del PSOE ha respaldado plenamente al secretario general de los socialistas canarios, José Miguel Pérez, en su petición (comunicada el pasado día 7 de octubre) de suspender las funciones de las citadas agrupaciones y constituir sendas gestoras.

La decisión final fue delegada en el nuevo secretario de Organización de la Ejecutiva federal, Marcelino Iglesias, a quien se le pasó la "patata caliente" tras la marcha de su antecesora, Leire Pajín, al Ministerio de Sanidad. El adiós de Pajín, afín a una solución consensuada, ya era un mal síntoma para los principales damnificados de lo que un sector del PSC califica como la "venganza de Pérez contra Pérez" (en alusión al enfrentamiento en primarias por la dirección regional del partido que aupó al grancanario José Miguel Pérez a la cúpula del PSC, mientras que el tinerfeño Santiago Pérez besó la lona, casi por KO técnico, al conseguir sólo el 28% de los apoyos).

Pese a ello, hace poco más de una semana tanto el secretario insular, Ignacio Viciana, como su homónimo en la agrupación santacrucera, José Manuel Corrales, tenían aún esperanzas de que la dirección nacional del partido diera carpetazo a la propuesta de José Miguel Pérez o, al menos, transmitiera el deseo de un proceso de integración que aglutinara nombres de ambas corrientes.

Sin embargo, habrá que ver ahora si Viciana y Corrales continúan apostando por "pasar página" o si, más bien, pasarán de su intención de acatar una decisión que creían "justa y equilibrada" a acudir a los tribunales, tal y como anunciaron en algún momento ya que, a juicio de sus afines, la disolución de ambas agrupaciones no estaría fundamentada en razones de peso sino en la necesidad de imponer un nuevo orden en la capital tinerfeña, donde los militantes osaron apoyar a Santiago Pérez (quien obtuvo 243 votos, frente a los 127 de José Miguel Pérez).

Durante la tarde de ayer fue el secretario regional de Organización, Julio Cruz, el encargado de dar la cara y comunicar la decisión adoptada por la Ejecutiva federal, "que no tiene nada que ver con las primarias". El diputado socialista fundamentó la creación de nuevas gestoras en Tenerife y Santa Cruz en la necesidad de crear "un nuevo proceso de integración que no dejará en el camino a nadie".

"Tenemos el derecho de intentar reconducir una mala situación enquistada en el tiempo en aras de reencontrar al partido con la sociedad de Tenerife", afirmó Cruz, quien aseguró que esta decisión "no está tomada en contra de nadie".

La unión socialista pregonada ayer por Cruz era rebatida, instantes después, por sus propias palabras, que intentaban argumentar las causas esgrimidas por la Ejecutiva regional para disolver (aunque él prefirió utilizar el término "suspender") ambas agrupaciones. "Existen razones orgánicas, que no voy a decir porque son de índole interno, y razones de cohesión política", afirmó un enigmático Julio Cruz. Sólo adornó su argumento, ante la insistencia de los periodistas, con una frase reveladora: "Hay un proyecto en Canarias liderado por José Miguel Pérez y en algunos casos se remaba en contra de ese proyecto".

En cuanto a la posibilidad de que los dirigentes cesados (Viciana y Corrales) optaran por acudir a los tribunales para recurrir la decisión adoptada por la Ejecutiva federal, Julio Cruz dijo que "no le pasa por la cabeza que un militante de verdad lleve al PSC a los tribunales". En todo caso, advirtió de que la decisión fue adoptada según la normativa del partido.