El presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, ha visitado el Colegio Cisneros, donde tuvo la oportunidad de recorrer sus instalaciones y departir un rato con un grupo de estudiantes de 4º de la ESO y Bachillerato que se interesaron en conocer detalles de su vida profesional y de su labor al frente de la Corporación insular.

Ante cerca de 300 jóvenes y acompañado por el director, Antonio López Bonillo, el presidente les habló de la necesidad de formarse para llegar a ser competitivos de cara a "afrontar una nueva sociedad en la que no hay que desaprovechar las oportunidades de futuro". Asimismo, les explicó que si el siglo pasado fue el de la ciencia y la tecnología, este siglo es el de la aceleración. "Todo pasa más rápido y por ello hay que estar expectantes y ser más competitivos", apuntilló.

En este sentido, Melchior les recalcó la necesidad de que aprendan inglés como base de la formación. "Es fundamental para el futuro pero también para el presente", les dijo. Además, resaltó la importancia de aprender no sólo a saber, sino a "aprender y a entender", es decir, transformar el conocimiento en algo útil. Entre sus consejos, también les animó a tener coraje intelectual, ser personas seguras de sí mismas, ser prudentes, trabajar en equipo, aprender a negociar y ser tolerantes.

Tras unas breves palabras, el presidente se sometió a las preguntas de los estudiantes. Cindy, Sara, Gretel, Rita o Samuel fueron algunos de los que se lanzaron a preguntarle curiosidades o dudas sobre su persona y su profesión. A cómo influye en su vida privada ser presidente, Melchior respondió que todos los que se meten en política lo hacen "voluntariamente", por lo tanto, "no tenemos derecho a quejarnos", señaló. Sí reconoció que a veces el tiempo de dedicación a la familia es poco pero lo importante --resaltó-- es la intensidad con que los vives. "También he tenido momentos de alegría, tristeza y soledad", añadió.

Otra de las preguntas fue por qué se hizo político, a lo que contestó que tomó la decisión por esa necesidad de "hacer cosas por la gente, de ayudar a los ciudadanos". El presidente también habló de Tenerife, del valor del territorio de una isla, en la que más de la mitad de su espacio está protegido y donde cada año se plantan cerca de 800.000 árboles.