Transcurridos 13 días desde que el PP obtuviera la victoria al Senado en todos los municipios de Tenerife con más de 167.500 votos y un 99% de las mesas electorales (1025 sobre 1075), lo que convierte a Antonio Alarcó en el senador más votado de la historia en la Isla, el también presidente-portavoz del Grupo Popular en el Cabildo entiende que ese hecho refleja unos "resultados excepcionales", ya que Tenerife aportó, también, "uno de cada 10 votos que tiene Mariano Rajoy".

¿Cómo va a administrar el PP este resultado?

No podemos decepcionar. La responsabilidad se multiplica por dos después de una campaña muy austera, no como otros, y sin haber descalificado a nadie, algo que no hemos sentido por parte de otros. Hay que apartar de la vida pública a las personas que pasan esa línea roja fina que no se debe cruzar ni en las relaciones personales, ni en las políticas ni en las profesionales. En cualquier caso, gracias a los ciudadanos de Tenerife y de Canarias, conscientes de que nos equivocaremos, pero nunca seremos negligentes. En mi caso particular, ser el senador de la Isla más votado de la historia es una satisfacción, responsabilidad y estímulo, pero la vanidad es cosa de la juventud y yo ya he llegado a cierta edad.

¿A qué atribuye el enfrentamiento con Ricardo Melchior?

Durante el pacto que mantuvimos en la legislatura anterior fuimos absolutamente leales. La sociedad chicharrera ha castigado duramente la descalificación que hemos sufrido, hubo una condena social a esa actitud. Nuestro pecado ha sido ganar elecciones, haber ganado al Senado hace casi cuatro años, ratificarlo ahora y haber sido la única fuerza política que subió en votos en el Cabildo. Lo claro es que han tratado de truncar gravemente el señorío de esa institución, pero la salva el nivel y arraigo de los funcionarios y trabajadores, que han sido sometidos de forma injusta a una presión innecesaria e injusta por parte de tres personas.

Melchior ha hablado de usted acusándolo de apuñalarlo políticamente, de tratar de gestar una moción de censura siendo su socio y de pasear su bata de médico por los pasillos del hospital...

No me doy por aludido porque aprendí de mis padres la educación. He operado a más de 29.000 enfermos, lidero el programa de trasplantes de páncreas en Canarias y nuestro hospital es referente nacional en esta materia. Me da pena que a ciertas edades haya personas que pierdan un minuto de su tiempo en hacer daño por hacer daño a los demás, de forma irracional y con fabulaciones.

Usted ha pasado de puntillas sobre la auditoría de la Fundación que presidió...

La asumo totalmente, me siento orgulloso del Patronato y por la solidaridad masiva de todos los patronos, como también la que he recibido desde otros puntos ante insinuaciones torticeras. Mi conciencia está plenamente tranquila. Publicar muchos libros y promover la divulgación sanitaria en todos los periódicos, procurar una vida saludable y fomentar la movilidad de los sanitarios, entre otras cosas, me reconforta.

¿A quién beneficia esta trifulca?

A nadie; nos perjudica a todos. Por eso, quien así actúa lo hace de forma irresponsable, basándose en medias verdades y medias mentiras y con el objetivo de dañar a un contrincante, no a un enemigo. Ese tipo de actitudes es de otra época.

¿Qué se plantea para el futuro de Tenerife?

El futuro es duro. Tenemos un gran país y una gran ciudadanía. Fuimos el noveno país del mundo hace ocho años, pero la maquinaria que puso Zapatero, con el apoyo de Coalición Canaria, genera desempleo con tal inercia que frenarlo costará mucho. Las cifras de ayer son claras. Si no hay una reforma laboral profunda, nos avisan los que saben de que habrá un millón de parados más. Tenemos la obligación de llegar a un pacto. Tenerife solo tiene soluciones nacionales y europeas, pero eso no lo ha entendido el nacionalismo canario, que tendrá que refundarse de alguna manera porque ha recibido el varapalo más grande de su historia. Hay que ser optimistas y con una reforma laboral profunda, fomentando las pymes y autónomos volveremos a la senda de la recuperación económica.

¿Qué pasará con las grandes infraestructuras aún pendientes?

Sí a la movilidad, pero no al tren bala; sí al transporte colectivo y al bono tranvía, guagua-taxi y, cuando lo haya, tren, pero no a la megalomanía; del anillo insular decir que no se ha cerrado por déficit de gestión evidente; la segunda pista del aeropuerto Tenerife Sur también es necesaria y el puerto de Granadilla, más, pero el circuito automovilístico hay que dejarlo pendiente, a pesar de que haya un consejero insular dedicado exclusivamente a eso. Claro que nunca ha habido un Cabildo con tanto exclusivo, liberado y personal de confianza. Esa no es la filosofía de la prioridad.

¿Conoce el presupuesto del Cabildo para 2012?

Lo presentaron públicamente a mediodía y nosotros los tuvimos después. Ese es el estilo de su política frente a la nuestra, que hemos conseguido que todas las mociones presentadas sean institucionales. ¿Quieren decir que son buenos y que han recortado? Pero si todavía no tenemos los balances del entramado empresarial. Todo eso por el empleo, empleo, empleo, empleo...

¿Se ve presidente del Cabildo en este mandato?

Me veo como un senador con mucha responsabilidad, estamos a disposición de los ciudadanos y, en estos momentos, estoy pendiente del Senado, de mi partido y el tiempo dirá. No tengo nerviosismo por estar en un lado u otro. El Cabildo es una de las instituciones más importantes de España y me siento orgulloso de estar participando en ella. Estamos donde estamos, donde nos han puesto los pactos, pero a la expectativa y haciendo una oposición responsable, constructiva para los ciudadanos y no para los grupos políticos. Estamos quietitos y muy tranquilos.