Un tramo de la carretera general del Norte que conecta con la Isla Baja a su paso por varios municipios fue cortado entre la madrugada y buena parte de la mañana de ayer, martes, a la altura del municipio de Los Realejos, como consecuencia de un desprendimiento de piedras y tierra sobre la calzada.

Hasta el momento de reabrir la circulación, la vía sufrió un auténtico caos de tráfico, tanto en dirección hacia la Isla Baja, como desde Icod en dirección a Santa Cruz, ya que se tuvieron que habilitar desvíos provisionales para todo tipo de vehículos, incluidos los pesados, por vías secundarias de La Guancha y Los Realejos, por la carretera de Icod de Alto.

Acumulación de agua

El desprendimiento se produjo en torno a la medianoche de ayer, y las causas apuntan a "una posible acumulación de agua", según explicó el alcalde de Los Realejos, Manuel Domínguez, a raíz de la valoración de los técnicos.

En este sentido, Domínguez explicó que el origen puede relacionarse con las casas de la zona o la rotura de un canal próximo, en un lugar muy abrupto y donde la exposición a este tipo de incidentes es constante.

El alcalde, quien consideró que la actuación desarrollada para recuperar la normalidad en el lugar "fue la correcta", reconoció que "tal vez faltó algo de información a los usuarios de la vía". En este sentido, dijo que la decisión de posponer los trabajos en el lugar en plena noche "fue un acierto", pues precisó que durante la misma aún seguían cayendo piedras, "lo que representaba un gran riesgo para los operarios", ya que comentó que "las piedras partían desde un mismo sitio, pero a medida que rodaban por la ladera se repartían por tres zonas diferentes, lo que hacía imposible trabajar en el talud".

El lugar concreto en el que se produjo el desprendimiento fue en el emplazamiento conocido como el mirador de La Grimona, en la zona de túneles que discurre a través de la carretera general de la Isla Baja, a la altura del punto kilométrico 43, entre la playa de El Socorro y el barranco Ruiz.

Una revisión necesaria

Manuel Domínguez señaló ayer que, tras producirse este incidente, "la primera decisión que hay que adoptar es la necesidad de hacer un análisis de toda la ladera que comprende los términos municipales de Los Realejos y San Juan de la Rambla, porque estamos expuestos a cualquier desprendimiento de manera constante".

Comentó, aliviado, que "debemos dar gracias a que el incidente ocurrió a la hora que fue, porque si llega a ser a primeras horas de la mañana, estaríamos hablando de una desgracia en el lugar".

Sin embargo, las consecuencias acabaron afectando a los usuarios de esta vía a primeras horas, ya que el tráfico se desvió por La Guancha y Los Realejos, cascos urbanos que no están preparados para asumir la densidad de tráfico que soportaron hasta que se reanudó la circulación en la carretera general, alrededor de las 10:00 horas.

Al margen de la acumulación de vehículos, muchos usuarios se quejaban de la falta de información de los operarios de carreteras, como en el caso de Manuel, que puso de relieve que no se les informaba correctamente desde las zonas de medianía, "por lo que los conductores que se dirigían a la vía principal tenían que regresar de nuevo a los desvíos provisionales".