Aunque se sabía que había bóvedas de la nueva cubierta de la Catedral de La Laguna ya hormigonadas, ha sido ahora cuando, desde lo alto de una casa próxima, se han logrado obtener imágenes de dichos elementos constructivos tan esperados por la sociedad lagunera, como los del pasado, pero con materiales más modernos y de tres siglos de durabilidad.

La obtención de la imagen ha sido difícil, ya que el techo catedralicio está cubierto con una estructura metálica para que no penetre el agua de lluvia. Pero en un lateral, y a modo de ventanal, hay un hueco que permite, desde una determinada altura, observar la forma de las nuevas bóvedas de la Catedral.

En estos momentos, según señalaron a este periódico fuentes cercanas al Obispado, las tres primeras bóvedas de la nave central, próximas al coro, están acabadas y presentan el aspecto que muestra la imagen que acompaña esta información, lo mismo que dos del lateral derecho, que da a La Carrera, y una sexta orientada a la calle Bencomo.

El siguiente paso será recubrir el fibrocemento de las bóvedas con un impermeabilizante y acto seguido aplicar láminas de cobre, por lo que al final, si se vieran desde arriba, ofrecerían una imagen de mucha luz y el color oro que confiere el cobre.

Los trabajos se desarrollan a buen ritmo y todo apunta a que la obra finalizará el próximo año tal y como estaba previsto. Otras tres bóvedas ya han sido encofradas, para dentro de unos días proceder a su hormigonado y luego el desencofrado.

El deán Julián de Armas aprovechó la ocasión para hacer una llamamiento a la población para que colabore económicamente en la adquisición y posterior donación de los nuevos bancos de La Catedral. Ya hay varios fieles que han respondido con su aportación.

Las nuevas bóvedas están construidas con técnicas tradicionales, utilizando fibra de polipropileno y hormigones autocompactables. La opción adoptada para el techo de la iglesia es el empleo de bóvedas con doble curvatura y un espesor mínimo, mientras que los arcos van armados con fibra de vidrio.