El hombre que disparó su escopeta contra su primo y contra la casa de otro vecino en el caserío lagunero de Las Carboneras el pasado jueves continuaba ayer ingresado en la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI) del Hospital Universitario de Canarias, después de que intentara suicidarse. Aunque el personal médico consiguiera salvarle la vida al llegar a dicho centro, tras estar en parada cardiorrespiratoria, y después de una operación de urgencia, el estado del paciente seguía siendo crítico ayer. Según algunas hipótesis, si consigue sobrevivir, a Jacinto Martín González le pueden quedar secuelas. El disparo le entró por el cuello y le salió por la espalda.

Jacinto Martín nació en 1967 y, como muchos vecinos de Anaga, es aficionado a la caza. Posee licencia de escopeta. Pero el jueves disparó con munición relativamente antigua y eso evidencia que no practicaba con mucha frecuencia en los últimos tiempos. El hecho de que desde hace algunas semanas padeciera una depresión desaconsejaba la tenencia de la escopeta. El helicóptero del Grupo de Emergencias y Salvamento lo trasladó hasta el paraje de San Juanito, cerca de Punta del Hidalgo. El herido fue trasladado hasta la aeronave medicalizada del Servicio de Urgencias Canario, que lo llevó al hospital. Familiares de Jacinto siguieron con angustia el rescate desde un camino situado entre huertas y que conduce hasta la casa terrera donde reside el herido.