El eccehomo -"este es el hombre" o "he aquí el hombre"- es un tipo de representaciones de Jesús basada en el momento en el que Poncio Pilato presentó a Jesús de Nazaret ante la muchedumbre a la hora de decidir cuál sería su futuro. Esta expresión es actualidad desde que se descubriera la "restauración" realizada por Cecilia Giménez, una octogenaria vecina de Borja (Zaragoza), de una pintura de este tipo que tiene un siglo de antigüedad y a la que los expertos no otorgan mucho valor.

En Tenerife no se conocen ejemplos similares, pero sí se recuerdan otros que, relacionados con frescos elaborados en las iglesias de la Isla, han llamado la atención por diversos motivos. Esencialmente, porque entre los personajes representados en esas pinturas aparecen políticos del momento y, además, representantes de la Iglesia.

El más reciente de esos casos es el que concierne al actual presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, quien aparece en un cuadro colgado en la parroquia de San Alfonso María de Ligorio, en la zona de Los Gladiolos (Santa Cruz de Tenerife). Su cara aparece junto a otras cinco y en medio de un coro de angelitos que realzan la figura, a cuerpo entero, del obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez.

Pero la polémica suscitada hace algunos meses, especialmente a través de las redes sociales al uso y en los blogs, se centró en la presencia de Melchior. Las críticas señalaban a la megalomanía del político como un objetivo de las mismas. La Iglesia, como en otras ocasiones anteriores, tenía una explicación mucho más sencilla a esta situación: "La costumbre es que en muchos de los templos haya cuadros en los que se representan a los que han sido sus benefactores, a los que han contribuido a su construcción o mejora".

Pérez Cáceres y Socas

De hecho, en la Basílica de Candelaria hay otro ejemplo de ello: la imagen del que fuera ilustre obispo nivariense Domingo Pérez Cáceres. Claro que en este caso la polémica ha estado ausente porque, precisamente, fue quien promovió la terminación del primer templo mariano y que alberga a la Patrona General de Canarias. Claro que también la imagen del obispo pasa bastante desapercibida entre los visitantes porque "no sé quién es" (las más de las veces) o "será alguien importante" (en alguna ocasión).

Pero lo sucedido con Melchior y el cuadro de la iglesia de Los Gladiolos bien podría ser calificado de anécdota si se compara con lo sucedido en la iglesia de Los Gigantes. Convertido en "modelo de arte religioso", era el año 1997 cuando se produjo la inauguración del templo en el que quedó inmortalizado el entonces alcalde de Santiago del Teide, Pancracio Socas. Si bien no es el personaje central del cuadro en cuestión, aparece acompañado de la imagen de su esposa, de la del cura del lugar y hasta de la autora de esa obra.

Vanidad, arrogancia o egocentrismo, o todo lo contrario, según a quien se consulte. Cualquier vecino de cualquier lugar opta por alguno de esos términos; sin embargo, los expertos en Historia del Arte consultados se aproximan más a la explicación que da la Iglesia a este tipo de pinturas. "Es algo que ha ocurrido desde hace siglos. Encontramos muchos ejemplos, especialmente en los que aparece el propio autor. Actualmente se está hablando de Miguel Ángel en una de sus obras más reconocidas", señala al tiempo de dejar claro que "este tipo de representaciones actuales no parece tener la relevancia e importancia, desde el punto de vista pictórico, que alcanzaron antaño".

La experta prefiere considerar estas obras pictóricas como "un reflejo de parte de la sociedad de nuestro tiempo, de las costumbres de la Iglesia" más que prestarle atención "a algo que pasa muy inadvertido para la ciudadanía". La polémica por la imagen de Melchior surgió así, por casualidad.