Los trajes de las reinas del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife serán más pequeños, tal y como había propuesto la organización a la asociación de diseñadores. A partir de la próxima edición, las fantasías pasarán a medir un máximo de 4,5 metros de alto, en vez de los 5 que se permitía hasta ahora, por lo que los disfraces pasarán a tener las mismas dimensiones que los de Las Palmas, algo que inicialmente se rechazaba entre los creativos de la fiesta.

Los diseñadores fueron convocados a varias reuniones tanto con la organización que lidera el concejal de Fiestas, Fernando Ballesteros, como con el propio alcalde de la ciudad, José Manuel Bermúdez, a fin de incorporar todas las medidas correctoras necesarias para garantizar la seguridad después de lo ocurrido la pasada edición del Carnaval.

El recorte del tamaño de los diseños viene justificado por un informe de los bomberos que hace constar que recomiendan limitar el traje a 4,5 metros de alto porque es la distancia que garantiza el tiro de agua. Se mantienen los cinco de ancho y los seis de fondo. Ese era el principal escollo para alcanzar un acuerdo entre diseñadores y ayuntamiento, y ya el pasado jueves los creativos remitieron un escrito a Fiestas aceptando -más bien proponiendo, como cosa propia- el recorte. Esta era la única piedra de choque con la organización, realmente el único punto que han admitido los diseñadores. De resto, el concejal de Fiestas les planteó que contrataran un seguro de responsabilidad de civil por valor de 600.000 euros y finalmente el alcalde intervino e incluyó esta exigencia en el seguro de responsabilidad civil que tiene el propio ayuntamiento con una aseguradora, por lo que los diseñadores se ahorrarán entre 400 y 1.200 euros que era lo que costaba la póliza según el modelo de contrato que suscribieran.

Las bases obligan ahora a presentar una mejora del diseño, con todo lujo de detalles hasta de los materiales y los mecanismos de autoliberación -cinturones-. El mismo día de la gala de la reina, que se celebrará el miércoles 26 de febrero, entre las 9 y las 12:00 horas, todos los trajes deberán pasar una inspección a cargo de una comisión técnica antes de la gala.

La nueva normativa permite que cada aspirante vaya acompañada por un cuerpo de baile, extras o actuación musical en vivo de hasta cuatro acompañantes. Ni que decir tiene que, después del caso Saida, se prohíbe expresamente en relación al traje la utilización de elementos pirotécnicos o de cualquier otra naturaleza que pudieran entrañar el mínimo riesgo de causar daño o lesión a cualquier persona o cosa.

Así, cualquier trabajo de soldadura de los trajes deberá ser realizado exclusivamente en los talleres de los diseñadores, no permitiéndose en el recinto del concurso ni en la vía pública, salvo necesidad mayor que deberá ser autorizada y supervisada por la organización.

Estas bases, junto a las de las galas de la tercera edad, infantil, canción de la risa y concurso de disfraces, se aprobará en el consejo que celebrará mañana Fiestas.