La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Santa Cruz aprobó esta mañana los pliegos para la licitación, bajo procedimiento abierto, de la explotación comercial del kiosco bar ubicado en la plaza Weyler durante los próximos diez años. Una de las premisas fundamentales que regirá la concesión a la empresa adjudicataria que resulte ganadora del concurso será la demolición del actual y la construcción de uno nuevo.

El concesionario deberá abonar al Consistorio un canon mínimo trimestral de 6.000 euros hasta completar un total de 24.000 euros anuales. En compensación a los gastos que supone la demolición del kiosco actual, la construcción del nuevo y las acometidas necesarias para el mismo, la empresa adjudicataria no tendrá que pagar cantidad alguna durante los dos primeros años de explotación.

El cuarto teniente de alcalde y concejal de Servicios Públicos, Dámaso Arteaga, indica que la Comisión de Patrimonio Histórico del Cabildo Insular “ya ha informado favorablemente a las intenciones del Ayuntamiento, puesto que el futuro kiosco debe integrarse en el espacio del bien de interés cultural (BIC) de la plaza Weyler con una solución similar a la actual, pero mejorando la calidad paisajística del entorno. Para ello se establece, entre otros criterios, la instalación de nuevo mobiliario, con el fin de que el servicio que reciban los usuarios sea de la mayor calidad posible”.

El pliego de condiciones redactado por los técnicos municipales establece que se concederá a la empresa ganadora el uso privativo del dominio público para la explotación comercial de un kiosco bar. Su instalación corresponde al concesionario y deberá destinarse a la venta de productos propios de este tipo de establecimientos, sin que pueda dársele otro uso que no sea el expresado. La superficie máxima será de 23 metros cuadrados, mientras que la terraza de mesas y sillas ocupará una superficie máxima de 47,5 metros cuadrados. El kiosco bar, además, deberá contar obligatoriamente con aseos, almacén y office.

El adjudicatario realizará a su costa la demolición del quiosco existente y la construcción del nuevo. Asimismo, deberá realizar las acometidas a las redes de suministros de agua y electricidad y demás gastos que puedan conllevar la instalación, consumo y mantenimiento de las mismas. También responderá, durante todo el periodo de concesión, del mantenimiento de las redes propias de abastecimiento de agua, energía eléctrica y saneamiento respecto a las redes generales de la zona.

La plaza Weyler está considerada como BIC con la categoría de Conjunto Histórico, por lo que los técnicos municipales han elaborado un informe en el que se recoge que los elementos inmuebles “como el kiosco y la pérgola, se integran en el conjunto de la plaza, si bien se entiende necesario cambiar de ubicación las antenas de televisión, sustituir el mobiliario (mesas y sillas) de la cafetería, así como las sombrillas, paraguas y banderolas por otros elementos que desarrollen la misma función, pero que se integren mejor en la imagen histórica y ambiental de la mencionada plaza”.

El documento también indica que el kiosco actual “es un elemento sencillo, integrado en la plaza y que, en ningún caso, compite con los valores patrimoniales de la misma. Su presencia no molesta al tener una respuesta plana de diseño y destaca su mínima ocupación y la escala urbana con el BIC, considerándose necesaria una limpieza y pulido de los elementos existentes, dado que el paso del tiempo los ha desgastado, así como la necesaria integración de los elementos adosados en la zona trasera del kiosco”.

El informe concluye que, dada la voluntad del Ayuntamiento “de obligar al futuro concesionario a proceder a la demolición y construcción de un nuevo kiosco, se comunica que el diseño y las características técnicas ofertadas deberán ajustarse a lo previsto en la Ley 4/1999, de 15 de marzo, de Patrimonio Histórico de Canarias”.