De Santa Cruz a Santiago del Teide, del Puerto de la Cruz a Adeje, desde cualquier pequeño barrio a playas concadenadas y unidas por la misma luz, como ocurrirá en El Médano, la Isla entera se calentará hoy bajo la advocación de San Juan para saludar la llegada del verano y cautivar a la luna. Como en otros numerosos puntos del planeta, una de las noches más cortas del año (la más corta, en concreto, es la del 21 de junio, que marca la etapa estival) dejará en Tenerife infinidad de escenas similares con el denominador común de un fuego provocado que, a diferencia de los malignos incendios veraniegos, no solo es bienvenido una vez al año, sino que muchos aprovechan para hacer promesas, pedir deseos que cambien su sino, purificar "pecados", espantar malos augurios o quemar los peores recuerdos simbolizados en papeles con el mal escrito, fotos, ropa y otros objetos. Y para desprenderse de mucha madera y hasta basura, que la fiesta también tiene su parte puramente pragmática.

Como ha ido afianzándose en las últimas décadas, y pese a que la oferta es amplia y variopinta, algunos puntos destacan especialmente como mecas sanjuaneras tinerfeñas. Sobresalen en la lista la portuense Playa Jardín, Las Teresitas y las playas Leocadio Machado y La Jaquita (conocida también como El Cabezo), en El Médano. Eso sí, no hay que olvidar tradiciones ancestrales en las zonas icodenses de La Vega y El Amparo o recuperadas más recientemente, como el resonar del bucio de San Juan de la Rambla. En su conjunto, enriquecido con numerosos enclaves y terrenos particulares, componen una carta de fuego, océano, baños, diversión y bienvenida del verano (dos días después) sin prescindir de lo mejor de la primavera, que, como se sabe, la sangre altera. Mañana, seguirá alterada.

Por supuesto, los barrios que tributan homenaje al santo con su nombre se visten de gala y se afanan todos los 23 de junio para no defraudar a sus vecinos y atraer al mayor número de visitantes posibles, que esto también es economía y la crisis sigue apretando que da hasta miedo. En Tacoronte, La Laguna, La Orotava y, faltaría más, San Juan de la Rambla, Playa San Juan (Guía de Isora) o San Juan del Reparo (Garachico), las hogueras tienen más sentido, si cabe, que en otros sitios. Eso sí, en ningún lugar, y salvo accidentes inusuales, se gritará desesperado: "¡Fuego!". Las llamas, esta noche, son imprescindibles y deseadas. Muy deseadas.

Lo que sigue es un resumido manual de parte de la oferta tinerfeña para una de las noches más esperadas del año, que muchos aprovecharán para "alegrarse" en demasía, aunque cuidándose de que la resaca no sea de las más largas porque, para bien o para mal, y ahora se han reducido los festivos anuales bajo argumentos económicos y de comparación con Europa, el martes es laborable. "¡Qué pena!", que dirían los de Palmera.

Puerto de la Cruz. En una tradición reforzada en los últimos lustros, la portuense Playa Jardín es, sin duda, el principal referente de la fiesta en la comarca norteña. El solsticio de verano será recibido por miles de personas en las tres playas anexas que componen este conjunto de arena y Atlántico. Eso sí, las reformas en El Castillo obligan esta vez a reducir los actos, aunque las hogueras se prodigarán en barrancos y se verán aderezadas con la decoración de chorros públicos con frutas, verduras, vegetales, palmas y flores, costumbre también recuperada hace más de una década. La faena se remata a primera hora de mañana con el Baño de Cabras en el muelle que rescató el añorado Chucho Dorta y para el que el ayuntamiento pidió la declaración de Bien de Interés Cultural el pasado abril.

San Juan de la Rambla. Otro municipio norteño que se ha preocupado en los últimos años de recuperar viejas tradiciones para noche tan especial es San Juan de la Rambla. De todas, destaca el resonar del bucio, que hoy volverá a "vociferar" con fuerza desde lo alto del risco del Mazapé en compañía del patrón local. Como hicieran los guanches e infinidad de generaciones canarias desde la conquista, los rambleros realzan así un medio de comunicación usado por pinocheros, pescadores, trabajadores de plataneras y otros muchos colectivos. Y es que esto no es La Gomera.

Icod de los Vinos. Mucha más sensibilidad han tenido siempre los icodenses para conservar sus costumbres, aunque ese esfuerzo sigue topándose con enormes dificultades y riesgos, apreciables en la reducción de participantes. Los Hachitos datan también de la etapa aborigen y son palos de madera de hasta tres metros decorados con ramos, flores y cintas. Como remate, se colocan cacharros envueltos en paños mojados con petróleo que sirven de espectaculares antorchas. Desde La Vega y hasta El Amparo, procesionan a ritmo de tajaraste junto a la imagen de San Juan, al tiempo que se lanzan otros que simulan dibujos laderas y montañas abajo, evocando la lava que originó y dio forma a las Islas.

En el litoral icodense, la ermita de San Marcos también sirve de meca desde los años 30 del siglo XX para celebrar San Juan con hachitos, bebida, comida y la opción, además, de bañarse en un océano iluminado de fuego.

Resto del Norte. Desde Buenavista a Tacoronte, municipio en el que destaca la procesión y la decena de grandes hogueras del barrio de San Juan, esta noche también brilla. Desde la medianía, aunque con sumo cuidado por los riesgos de incendio real, a la costa, numerosos vecinos aportarán su luz particular, sobresaliendo costumbres como la del baño conjunto de la playa de La Caleta de Interián. Un populoso barrio costero que comparten Los Silos y Garachico y que siempre ha mimado sus fiestas. Sin salir de Garachico, aunque ya en la parte alta, San Juan del Reparo tampoco defraudará con un nombre así.

La Laguna. Los vecinos de Punta del Hidalgo prefieren llamarlo San Juanito, imagen que recogen de la iglesia local y llevan a hombros hasta la zona costera de El Güigo en compañía de parrandas y buena bebida y comida. El barrio lagunero de San Juan también se vuelca en dar coherencia a su designación.

Santa Cruz. Aunque el ayuntamiento capitalino no organiza nada relevante desde hace años, la playa de Las Teresitas se colma tal noche como la de hoy. Infinidad de vecinos, sobre todo jóvenes, alegrarán sus cuerpos al calor de las hogueras, no siempre saltadas con la destreza recomendada. Por supuesto, también están las típicas caminatas sobre carbones encendidos, todo un reto, aunque con el mar en calma al lado.

El Médano. Si bien la tradición se repite en numerosos puntos desde El Rosario a Santiago del Teide, en la comarca Sur destaca, sobre todo, la que se monta en las playas de El Médano. El referente de los deportes acuáticos basados en el viento se ha convertido, con apuesta incluida de la asociación de empresarios y comerciantes de la zona y el Ayuntamiento de Granadilla, en la capital de la franja Sur durante el 23 y la madrugada del 24 de junio. Ni siquiera si hace fuerte viento se teme que se apaguen las hogueras. Con numerosas actividades desde la tarde en la plaza principal, las playas de Leocadio Machado o La Jaquita bien merecen una visita. Es más, los turistas que llegan o se van de la Isla esa noche alucinan desde sus aviones a poco que miren por la ventanilla. El número de hogueras, en algunos años, ha llegado a ser de récord.

Playa San Juan. Una noche como ésta y una localidad costera con un nombre como el de Playa San Juan, en Guía de Isora, no puede quedar fuera de esta carta. Pocos sitios reúnen tantos atributos ni razones como para pasarse un rato por sus playas y otros rincones si se está por la comarca. Lo mismo con la cercana Alcalá, diversos puntos de Adeje, Santiago del Teide, Arona, Vilaflor, San Miguel, Arico, Fasnia, Güímar, Arafo y Candelaria. En todos, el fuego será bienvenido durante una larga noche que, paradojas, es de las más cortas del año.