Ni el fuerte calor ni el cansancio del camino y la noche hacen desfallecer a las miles de personas que, por un medio u otro, se han acercado a Candelaria en estos días para honrar de la Virgen. El día de ayer, festividad de la Asunción y de la Patrona de Canarias, amaneció con escenas que reflejaban la fatiga de los peregrinos, muchos de los cuales descansaban brevemente en la fuente situada junto a la Basílica. Pero no hizo falta mucho para que se recobrara el ánimo: la incesante actividad que experimenta la Villa en estos días "pone las pilas" hasta al más decaído.

Así, el municipio volvió a ser un hervidero en el que, de nuevo, quedó claro que esta cita multitudinaria se vive de muy diferentes maneras, casi tantas como personas se acercan a la localidad sureña, 250.000 hasta mañana si se cumplen las previsiones del Ayuntamiento. La jornada comenzó con la ofrenda musical de la agrupación realejera La Guanchería, que ofreció a la Virgen un tajaraste del Amparo con flauta, tambor y castañuelas y baile. Poco después llegaban a la plaza, ramo de flores en mano, los 1.057 participantes en la Marcha Atlética.

Algunos de los atletas, pese a expresar su emoción -en especial en el momento en que dan la vuelta a la plaza y son recibidos con aplausos-, reconocían su disgusto por el hecho de que la entrada al municipio no discurriera por la avenida marítima, sino por la de Los Menceyes y, sobre todo, por que el recorrido no terminase, como otros años, en el interior de la Basílica. "Han matado el encanto", se lamentaban.

Deporte, música, y también fiesta. Los bares y cafeterías de la zona se encontraban abarrotados desde muy temprana hora, y volaban las cañas de cerveza, los pinchitos y las tapas.

Aunque el espíritu popular preside todas y cada una de las jornadas de esta festividad, la de ayer, Día Grande de la Patrona, era la señalada para los actos institucionales. Empezaron con una procesión cívica que llevó a la mayor parte de las autoridades desde el consistorio hasta el templo, donde se les unieron el presidente del Parlamento autonómico, Antonio Castro, representante del rey en las ceremonias, y el presidente del Gobierno regional, Paulino Rivero.

En el interior de la Basílica aguardaba la Virgen Morenita y numerosos fieles que no podían ocultar sus deseos de acercarse a la reverenciada imagen. De contener los impulsos del público y ocuparse de que todo se desarrollaba según lo previsto se ocupaba la veintena de voluntarios que, casi como una tradición familiar, realizan cada año esta tarea.

El inicio de la eucaristía se retrasó hasta pasados unos minutos del mediodía. El obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez, que la presidió, ensalzó el ejemplo de humildad de la Virgen María y advirtió de que "el poder de Dios derriba a los soberbios y potentados de sus tronos" y "solo se manifiesta en los humildes". Álvarez también dedicó una oración a "los cristianos perseguidos en el mundo, en especial en Irak, Siria, Nigeria y Pakistán". "Muchas veces se dice que la religión es causa de conflicto. No es así, lo es la falta de respeto a la libertad religiosa", afirmó.

Las celebraciones continúan hoy a las 18 horas con la Ofrenda Folclórica, Floral y Frutal a la Patrona, que contará con la participación de 15 municipios y de los siete cabildos, además del colectivo los Guanches de Candelaria. Los Sabandeños ofrecerán un concierto en la plaza a las 22 horas con el que se cerrará la jornada.