"¿Dónde va usted"?, le preguntaron los miembros de una patrulla de la Policía Nacional al redactor gráfico que intentaba esta semana tomar imágenes del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Hoya Fría. Con mucha educación, los agentes le indicaron: "Hace falta un permiso". Las medidas de seguridad siguen siendo considerables en el entorno de un espacio que, después de la explosión de cayucos y pateras que llegó a hacinar a 1.200 personas en 2008, languidece con la ocupación de apenas entre seis y diez extranjeros irregulares a la espera de tramitar su documentación.

El CIE está "abierto y operativo", con una dotación policial destinada allí que centra su tarea en materias de detención y extranjería irregular. Lejos quedan los tiempos del boom de la inmigración que en 2009 dejara en las costas canarias a 2.246 irregulares.

Actualmente hay siete u ocho inmigrantes pendientes de expulsión por distintos motivos. Por ejemplo, portar un pasaporte falso. El sistema es el siguiente: un juez dicta una orden de internamiento, pero no van a una prisión ordinaria sino deben tener un régimen específico. Son irregulares pendientes de expulsión.

El centro llegó a tener una capacidad para 800 personas, según las fuentes consultadas, en la época de auge de la inmigración irregular, sobre todo de subsaharianos (ahora prácticamente no hay en el CIE).

Otras vías informativas reducen considerablemente la capacidad del centro respecto a aquella época y establecen la cifra de unas 250 plazas. Aunque llegaron a habilitarse camas supletorias.

El único espacio con estas características de la provincia -hay dos en la oriental, Barranco Seco (Las Palmas) y El Matorral (Fuerteventura)- recibe una media anual de doce usuarios custodiados por aproximadamente una decena de agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP).

Melilla, Ceuta y el Estrecho han sustituido a Canarias los últimos años como focos de atracción para los inmigrantes irregulares. Las imágenes de la valla fronteriza en las plazas norteafricanas parecen lejanas para los canarios, pero no lo son tanto. No se pueden poner puertas al campo. Ni al mar.

Ciudad sanitaria

Hoya Fría, en el ámbito Costa Sur, es un nombre sugerente para muchas generaciones de tinerfeños que hicieron allí parte de su servicio militar cuando era un centro de formación, el CIR 15. Eso es el pasado, porque el futuro, en palabras del concejal de Urbanismo, José Ángel Martín, lo marca un PGO que prevé "en un umbral de diez años, condicionado a la desafección de los terrenos por Defensa, la remisión a un Plan Parcial de los 582.503 metros cuadrados de superficie. De ellos, 264.381 para uso residencial, privado (89.368 metros cuadrados) y vivienda protegida (134.052). También se mantiene la previsión de un gran equipamiento sanitario (200.000 metros cuadrados)".