Los importadores asociados de Mercatenerife reclaman al Ministerio de Agricultura la adopción de las medidas necesarias para evitar los "costes de tiempo, la inmovilización y el almacenaje de contenedores en el muelle" con productos perecederos, como fruta y verdura. Se trata, sencillamente, de utilizar adecuadamente las nuevas tecnologías para evitar la obligación de disponer del original del certificado fitosanitario en el momento de acudir a retirar la mercancía.

La Asociación de Mayoristas y Operadores de Mercatenerife (Asomayo) asegura que se trata de un papel "fácilmente extraviable". Dejando claro que "no nos oponemos a que se exija tal certificado", porque así lo determina la legislación vigente (data de 1987), este colectivo viene reclamando desde marzo, formal y documentalmente, la aplicación de las herramientas informáticas existentes para agilizar el proceso y evitar con ello los perjuicios que se ocasionan. Todo ello, conscientes de que "se sostienen todas las garantías actuales".

Víctor Torrontero, secretario de Asomayo, explica que la consecuencia de no disponer del certificado original en soporte papel en el momento de retirar la mercancía, "pero sí existe el mismo en soporte digital y es fácilmente comprobable", es que "la mercancía se tiene que quedar en el puerto y se generan perjuicios, tales como su deterioro, incumplimientos en los plazos de entrega y pérdidas económicas. Todo esto ha ocurrido y seguirá ocurriendo si no se resuelve este problema".

La Agencia de Aduanas o Transitaria es quien emite la certificación en península, documento que se incorpora al sistema informático, expone Asomayo.

La asociación tiene claro que no se trata de un problema de normativa, sino "de comunicación, cooperación y procedimientos internos de Sanidad Vegetal", así como "de desarrollo y de formación de la aplicación Cexveg a los inspectores".

Cexveg es una aplicación informática de la Subdirección General de Acuerdos Sanitarios y Control de Frontera. Fue presentada en la Cámara de Comercio de Santa Cruz el 5 de enero de 2012 y su promoción se justificó con el argumento de que "los puertos de Canarias serán los primeros del Estado en implantar la tramitación electrónica en las inspecciones fitosanitarias".

Aceptando que supuso "un avance notable", hay un aspecto relevante que no está contemplado en la misma y que su solución resolvería el problema que ahora se plantea: "La aplicación no está preparada para ponerle la firma del funcionario". Sin embargo, Asomayo entiende que "existen herramientas telemáticas para resolver el problema: fax, telefax o correo electrónico, entre otras".

Torrontero incide en que la problemática genera pérdida "de tiempo y de dinero".

Con mucha frecuencia

A los importadores se les requiere casi semanalmente los certificados fitosanitarios originales para el despacho en Canarias de productos hortofrutícolas españoles comprados en la Península. "Queremos que se establezca el mecanismo para evitarlo y que mejore la comunicación entre los departamentos del Ministerio de Agricultura en la Península y en el Archipiélago", señala el secretario de Asomayo, Víctor Torrontero. La Administración central en las Islas no ofreció ayer una respuesta a esta denuncia pública de esta asociación, tras medio año reclamando una solución.

Inspecciones en origen

Asomayo también viene reclamando al Ministerio de Agricultura que las inspecciones fitosanitarias "se realicen siempre en origen para todas las Islas Canarias". Hasta ahora, y ello es valorado como un avance, se lleva a cabo en los puertos canarios. "Si una plaga fuera originada por vectores aéreos, al abrir las puertas de un contenedor en destino surgiría un grave problema", una situación que actualmente es posible, según Asomayo.