La carretera de La Chiquita (TF-465), en Guía de Isora, tiene una combinación de curvas, "paellas" y rectas propicia para cualquier amante de la velocidad, tanto en coches como en motos. Y, durante años, ese trazado ha sido punto de concentración de personas, fundamentalmente los fines de semana. Muchos se reúnen junto al empaquetado que se halla junto a la vía para escuchar música, beber, acelerar o hacer trompos. Pero otros se animan a realizar pasadas, en ambos sentidos, a gran velocidad, para demostrar sus dotes como "pilotos". Sin embargo, esta vía no es un circuito y cualquier descuido puede acabar de forma trágica. Durante los últimos años han fallecido, al menos, cinco personas. Todas las víctimas mortales iban en moto, cuatro como conductores y una como pasajero. El último episodio de un accidente tuvo lugar durante la noche del pasado domingo, cuando un joven de 19 años resultó herido de gravedad al colisionar dos coches. La víctima seguía ayer en el Hospital de La Candelaria estable dentro de la gravedad.

Y los vecinos hace mucho tiempo que están cansados de la situación y denuncian que sus quejas no sirven de nada, porque el problema sigue ahí.

Hace casi siete años, en febrero del 2008, EL DÍA publicó un reportaje sobre la falta de medidas para evitar que los propios "pilotos" de motos o coches, así como los vecinos, turistas y otros usuarios de la vía sufran accidentes. Pero nada ha cambiado.

Un residente en la zona señala que los "pilotos" de motos de gran cilindrada suelen pasar por la vía TF-465 a diferentes horas del día, principalmente sábados y domingos. Y, generalmente, según este vecino, los conductores de coches acuden más en horario de tarde-noche. Junto al empaquetado citado pueden observarse marcas de frenadas, acelerones y trompos diversos. Alguna noche, de forma extraordinaria, la fiesta ha durado hasta las tres de la madrugada. Pero eso no es lo habitual.

Uno de los denunciantes de este asunto señala que, cuando avisamos a la sala del 1-1-2 para que active a la Guardia Civil de Tráfico, los agentes acuden. Pero antes de que estos lleguen a la vía, los protagonistas de las "proezas" se marchan. Y los residentes se preguntan si esta realidad es fruto de la casualidad o no. Pero lo que tienen claro es que los avisos no surten efecto alguno.

Fuentes autorizadas de la Guardia Civil explicaron ayer que "eso nos pasa miles de veces", porque, cuando se dan estas concentraciones, unos pocos se colocan en los dos extremos del tramo y, desde que ven aproximarse a las patrullas, avisan a sus conocidos para que se marchen del lugar. Una situación similar se ha dado, por ejemplo, en la carretera de Los Loros, en Arafo.

Desde la Concejalía de Seguridad Ciudadana de Guía de Isora comentan que "hace unos 4 años que el ayuntamiento denunció la situación ante el Cabildo, que es la administración de la que depende la vía, y la Guardia Civil de Tráfico". Fuentes autorizadas municipales explican que, cuando tienen conocimiento del asunto, policías locales pasan por la zona y elaboran informes que remiten a la Guardia Civil de Tráfico, como fuerza de seguridad con competencias en dicha carretera.

Desde el área de Seguridad Ciudadana explican que "el objetivo es exigir a dichos organismos que aumenten la seguridad ante los casos puntuales" que se registran en la carretera de La Chiquita.

Ayer no fue posible conocer la versión del Cabildo sobre este asunto.

Respecto a las cinco personas fallecidas, dos de ellas perdieron la vida en una colisión entre dos motos en la recta más larga que tiene el tramo. Un monolito recuerda el trágico suceso.

En otra ocasión, un motorista a los mandos de una Ducati murió al chocar contra un muro en una curva de derecha en la entrada a una finca de flores.

Otra víctima mortal se produjo cuando un cuarto motorista impactó contra la valla metálica que bordea la vía. Según las fuentes consultadas, el quinto fallecido circulaba como pasajero en una moto de gran cilindrada.