En estas semanas comienza la temporada alta en las zonas turísticas del Sur de Tenerife y, paralelamente, la proliferación de robos y hurtos. Pero, además de los ya conocidos ciudadanos de la Europa del Este que se han especializado en robos al descuido de carteras y objetos de todo tipo, los comerciantes también advierten de otro tipo de perfil delincuencial: el ladrón profesional que actúa por encargo de otros empresarios, que buscan obtener una mercancía valiosa y a un precio muy inferior al que tendrían que abonar si la compraran legalmente.

Uno de los comerciantes afectados, propietario de una cadena de establecimientos, señala que estos delincuentes cogen el pedido y salen a robar específicamente lo que les piden, por lo que únicamente sustraen lo que van a "vender".

Este empresario, que prefiere permanecer en el anonimato, comenta que el tabaco sustraído acaba en tiendas o bazares, mientras que las bebidas alcohólicas tienen en muchos bares su "mercado receptor".

La fuente señala que estos ladrones viven permanentemente en la isla y nunca actúa "al azar, sino sobre seguro".

Este grupo delincuencial puede estar integrado por unas 15 o 20 personas.

En el caso de las bebidas alcohólicas, la mayoría de los delincuentes "por encargo" buscan marcas y productos prestigiosos, como, por ejemplo, Faustino I, Faustino V, Smirnoff o Gordon.

El comerciante señala que tiene constancia de que hay ocasiones en que el empresario implicado en la receptación del producto robado puede vender la mercancía (dos botellas) por menos de la mitad de su precio real en el mercado.

Y aclara que "nadie se arriesga a sustraer un producto caro si no tiene la certeza de que lo va a vender de forma inmediata".

Además, hay ocasiones en que, según el efecto robado, se sabe a qué tipo de turistas va destinado. El empresario explica que, hace tres semanas, un familiar interceptó a un individuo que se llevaba 14 cartones de tabaco Vogue. Eso significa que lo iba a "vender" a un comerciante con clientela rusa, donde dichos cigarros tienen gran aceptación. Cada uno de esos cartones tiene un valor de 35 euros. La matrícula y el modelo del coche en el que se mueve, así como su descripción física figuran en la denuncia que fue interpuesta ante la Policía. Este individuo fue localizado los dos días previos en otros tantos negocios de la misma cadena.

Pero no solo de bebidas y tabacos viven los ladrones por encargo. Otro producto con "atractivo" son los bronceadores. Se han dado casos de que, mientras uno de los implicados entretiene a una dependienta, el otro "arrasa" con todo un expositor de bronceadores de una conocida marca. Una de las alternativas de la víctima pasa por quitar este tipo de expositores de las terrazas.

El límite de 400 euros

Este comerciante señala que "los culpables también son los empresarios que receptan". Y los ladrones se benefician de una legislación que determina que los robos de menos de 400 euros no son delito y pocas horas después el delincuente puede estar actuando otra vez en las mismas calles "con total impunidad". El pasado mes, el comisario provincial de Santa Cruz de Tenerife se mostraba razonablemente satisfecho de los resultados obtenidos en la operación Danubio, diseñada precisamente para luchar contra la "pequeña delincuencia" protagonizada principalmente por "ciudadanos de la Europa del Este". Sin embargo, la lucha contra este tipo de delitos se tropieza con la profesionalidad de los ladrones y la legislación.