El pasado 8 de marzo, al mismo tiempo que la emprendedora Fabiola Báez abría las puertas del Centro de Reconocimiento Báez, en La Victoria, comenzaba la experiencia laboral de la joven Maryurena Lorenzo.

Natural del municipio de El Tanque, Maryurena hacía planes a principios de 2014 para marcharse al extranjero, cuando la llamaron para trabajar en este centro, de improviso, porque la persona que había sido seleccionada para este puesto había sufrido un accidente.

Al final, esa circunstancia se prolongó más de lo estimado inicialmente y en la actualidad, además de continuar trabajando como psicóloga con un contrato indefinido, Fabiola Báez le ha confiado la dirección del centro, cometidos que compagina con la preparación de su doctorado.

En su contratación influyó directamente la iniciativa que tuvo la creadora de este centro de reconocimiento de recurrir a las subvenciones a la contratación que otorga el Cabildo de Tenerife a través del Plan de Acción por el Empleo de Tenerife y que son gestionadas por la Fundación Insular para la Formación, el Empleo y el Desarrollo Empresarial (Fifede).

Tal y como ha afirmado el presidente del Cabildo, Carlos Alonso, "este plan tiene como prioridad paliar la situación de las personas desempleadas, sobre todo las de larga duración y con dificultades de inserción laboral. Para ello, hemos destinado más de dos millones de euros de fondos propios a dicha iniciativa".

El vicepresidente y consejero insular del Área de Empleo, Desarrollo Económico, Comercio y Acción Exterior, Efraín Medina, recuerda que en la tramitación de la concesión de las subvenciones, el papel de Fifede es determinante, no solo para baremar qué empresas cumplen con los requisitos exigidos en la convocatoria sino también porque efectúa el seguimiento de las mismas, para verificar que son fieles a sus compromisos.

Fabiola Báez decidió arriesgarse a emprender su primer negocio, para el que ya había elegido el local y en el que pensaba depositar todas sus ganas de trabajar, tantas como para ofrecer en la actualidad un servicio en horario ininterrumpido de lunes a viernes, de 9:00 a 20:30 horas y sábados de 9:30 a 13:00 horas, y para incluso haber previsto ampliar próximamente su ámbito de actuación, de forma que se convierta en un centro polivalente.

Sin embargo, le faltaba el equipo profesional humano para materializar su proyecto, que está compuesto finalmente por dos médicos y dos psicólogos. "Yo tenía un colchoncito -explica aludiendo a sus recursos económicos- pero claro, si me daban una ayuda era mejor, porque en mi caso yo necesitaba tener aquí personal sí o sí porque no soy médico ni psicólogo, y entonces me dijeron que la oportunidad del Plan de Empleo me vendría genial".

Sin dudar, al crear este negocio, Fabiola Báez quiso dotarlo de rigor profesional pleno y cumplir escrupulosamente los requisitos que determina la legislación vigente. Por obvio que parezca, la psicóloga Maryurena recalca este aspecto y comenta que se muestra satisfecha de trabajar en un centro en el que tratan de "garantizar la seguridad de la gente en la calle. Parece algo muy simple -subraya- pero yo creo que estos centros no están tan valorados como se debería. La gente tiene carnet, tiene permiso de armas, tiene de todo, y muchas veces se tramitan de cualquier manera. Y yo creo que este centro, si algo pone de manifiesto y lucha por ello, es porque se hagan las cosas dentro de la legalidad".