En su comparecencia voluntaria del pasado viernes ante el Pleno del Cabildo, el consejero de Carreteras y Paisaje, José Luis Delgado (PSOE), no solo defendió su gestión, sino también el viario tinerfeño, que elevó a la categoría de "servicio esencial". Que lo sea o no puede ser discutible, pero de lo que no cabe duda es de que este ha dado para mucho en este mandato y, sobre todo, en su final.

La llegada de Delgado a este departamento se produjo tras las elecciones de 2011 y, si el principio del camino fue más o menos llano, cada vez en él han ido apareciendo más baches -como los de las carreteras tinerfeñas, que el propio responsable insular reconoció el viernes, si bien situó su origen en una histórica mala gestión de recursos económicos del Cabildo-.

En la cronología que realizó durante su intervención, Delgado puso de relieve una de las fechas que se consideran claves del mandato. El 30 de julio de 2014, el consejero quedó en solitario al frente del área después de la salida de la hasta entonces directora insular de Carreteras y Paisaje, Ofelia Manjón, con quien mantenía unas diferencias de criterio que generaban una situación que él mismo acabó definiendo en el pleno como una "bicefalia complicada".

"Ha habido bastantes tensiones en cuanto al modelo de entender la política que se venía ejerciendo y en cuanto a la decisión que yo tomé de denunciar situación irregulares que me encontré". Esas manifestaciones son del consejero en fechas recientes y reconocen las consecuencias -con su propio partido, el PSOE- de otro momento de su etapa. Se refiere a octubre de 2014, cuando se decidió remitir a la Fiscalía la gestión de Carreteras entre 2007 y 2011, en lo que hay quienes apuntan como una de las claves para que Delgado no vaya a repetir en la lista del Partido Socialista (PSOE) al Cabildo, en tanto que aquello influyó en el deterioro de las relaciones con el grupo.

Entre otros asuntos de mayor o menos intensidad, en medio de la actividad de Delgado y de Carreteras siempre ha estado como foco de actualidad el anillo insular, del que ha reiterado sus bondades, su importancia social e, incluso, que llevaría aparejado un ahorro económico (251 millones). Abierto la pasada semana tras varios intentos en falso un segmento de él, en fechas recientes ha motivado algún desencuentro con el Partido Popular (PP) a resultas de la declaración de esta obra como de interés general del Estado.

Pero lo más destacado de las últimas semanas ha sido que Delgado se ha convertido en blanco de críticas por parte de Coalición Canaria (Dámaso Arteaga, en Santa Cruz; Jonathan Domínguez, La Laguna, o Elena Fumero, en Arico). Y, sobre todo, del presidente del Cabildo, Carlos Alonso, que le afeó la gestión (insuficiente ejecución presupuestaria, obras sin terminar o dudas sobre los contratos que Delgado adjudicó a la empresa de un militante socialista por unos 120.000 euros) al consejero y dio pie a la comparecencia plenaria.

El resultado de esa última fue en el pleno del viernes, con algunas críticas de parte y parte (Delgado y CC) en tono moderado y una argumentación del consejero que, en algunos aspectos, no obtuvo contestación por parte de la portavoz de los nacionalistas, Cristina Valido.