El Cabildo de Tenerife, a través del Instituto de Atención Social y Sociosanitario, IASS, ha aprobado un año más los convenios de colaboración con los ayuntamientos de municipios de menos de 20.000 habitantes en materia de prevención comunitaria de las drogodependencias y otras adicciones.

Esta acción se enmarca en el I Plan Insular de Drogodependencias y otras Adicciones, y cuenta con un presupuesto que ronda los 140.000 euros.

Esta decisión fue adoptada en el transcurso de la celebración de la última sesión del Consejo Rector del IASS, bajo la presidencia del consejero responsable, Miguel Ángel Pérez.

En este sentido, explica que el Programa insular de Prevención Comunitaria de las Drogodependencias, que es lo que se ratifica en estos convenios, se lleva a cabo a través de la Unidad Orgánica de Intervención Social, y tiene entre sus objetivos el impulso de un modelo de intervención comunitaria en materia de prevención de las drogodependencias, que lo convierta en un referente".

Esta línea de trabajo con los municipios de la isla de menos de 20.000 habitantes se lleva a cabo hace nueve años, y son los ayuntamientos los que proponen y desarrollan sus proyectos de prevención, informa el Cabildo en una nota.

El consejero insular recuerda que "estos proyectos deben tender a la creación de mecanismos de protección, promover pautas de acción alternativas, potenciar la sensibilidad social sobre el fenómeno de las drogodependencias y fomentar la responsabilidad individual sobre la propia salud".

El fin último es que aumenten las capacidades y habilidades personales y colectivas de los niños y jóvenes destinatarios, y se conciencien sobre la importancia de los problemas, daños y costes relacionados con el consumo de drogas.

Otro de los objetivos de estos proyectos es retrasar la edad de inicio del contacto con las drogas, reducir los factores de riesgo y fomentar los de protección, con el fin de promocionar la salud y evitar el consumo de sustancias, de ahí que las edades con las que se actúa son desde los 5 hasta los 19 años.

Las actividades de ocio y tiempo libre que se realicen deben estar enfocadas en trabajar en la educación para la salud, por lo que al menos el 20 por ciento deben ser talleres o actividades formativas y educativas específicas sobre prevención.