La carnicería y charcutería del Mercado de La Abejera cerró este domingo. Es el cuarto de los doce negocios que cierra desde que el mercado abrió hace apenas cinco meses.

Igor Suárez, uno de los socios de este negocio del sector cárnico, asegura que se van "arruinados" y decepcionados con el transcurso de los acontecimientos.

Suárez manifestó ayer a EL DÍA que se han visto "obligados a cerrar las puertas" por "circunstancias ajenas" a su voluntad, debido a la falta de ventas.

No obstante, quiso dejar claro que desde el primer momento se habían encontrado con "dificultades" cuyo origen había sido el propio Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.

Relató que casi cuando iban a abrir, el consistorio se dio cuenta de que el mercado "no tenía red de abastecimiento de aguas" y hubo que retrasar cerca de "un mes" la apertura para que Emmasa hiciera las obras.

Asimismo, los empresarios se encontraron que los puestos "no tenían cajetines de luz individuales" y tuvieron ellos mismos que hacer las obras.

Aunque el consistorio sacó en su día a licitación todo el mercado, Igor Suárez recordó que tuvieron que pagar al ayuntamiento "la licencia de apertura de cada uno de los negocios".

A la hora de inaugurarlo, tampoco se hicieron las cosas bien a juicio de este empresario. "Hubo que inaugurar según la agenda del alcalde, que solo tenía libre un jueves por la tarde y nos avisaron como un martes", afirmó. La consecuencia es que no hubo "campaña publicitaria" que los empresarios creían que era vital. "Tiramos la inauguración un jueves por la tarde cuando los puestos no estaban ni montados", dijo.

Otro de los puntos que este empresario de la alimentación critica es que el consistorio "no haya hecho nada por dinamizar la zona". "Ni mandar la banda de música", puso como ejemplo.

Los carteles en la carretera general, que son "muy mejorables", no los pusieron hasta hace poco tiempo, cuando ya habían cerrado tres negocios, a pesar de que los comerciantes venían pidiéndolos desde antes de la apertura. "Esto es una muestra de la desidia con la que se tomaron el proyecto desde el principio", opinó.

Por otro lado, Igor Suárez considera que el consistorio capitalino tiene unas responsabilidades que van más allá de las materiales. Explicó que hace poco tiempo, buscando en la hemeroteca sobre el mercado, descubrió que el ayuntamiento prometió que iba a ser "para que los vecinos trabajaran". "Nosotros no sabíamos que éramos los enemigos del barrio. Esa es la razón por la que los vecinos no han ido", apostilló.

En este sentido, afirmó que "la desidia del alcalde" era lo que más había perjudicado al mercado de La Abejera. "Cuando empezamos había más de 25 personas trabajando. Ahora solo quedan siete". Y vaticina que ellos no serán los últimos en cerrar.

"No es buena noticia"

El concejal de Servicios Públicos, Dámaso Arteaga, afirmó que están en conversaciones con el gestor del Mercado de La Abejera para "impulsarlo" y que tienen previsto "introducir nuevos y diferentes servicios". Arteaga opinó que tienen que encontrar puestos "atractivos" y "mantener la competitividad". "Hay que consolidar una oferta en torno al mercado de La Abejera", dijo, para añadir "que el ayuntamiento tiene que poner las condiciones para que funcione". Matizó, no obstante, que "quien regula un negocio es la oferta y la demanda". La del mercado tiene que ser "atractiva" y "los vecinos defenderlo. Ese es el objetivo", añadió. Arteaga recordó que están proponiendo una churrería y vender pollos asados. "No es una buena noticia que cierre la carnicería, como tampoco que lo hiciera la pescadería", reconoció. El consistorio, a través de la Sociedad de Desarrollo, ha ofrecido asesorar a los que quedan para evitar más cierres.