Ha dirigido la refinería en los últimos 7 años, los de mayor incertidumbre sobre su futuro. Se va ahora a Shanghai y, aunque cree que no se puede predecir qué ocurrirá con la instalación, sí advierte de que resulta "incompatible" mantener la producción con la idea municipal de ganar terreno a Cepsa. Salvador García deja aquí un pequeño testamento periodístico y muchas respuestas abiertas.

¿Su marcha estaba prevista, se la avisaron o ha sido repentina?

Cepsa tiene una planificación y, como ambición, expandirse internacionalmente. En petroquímica, esto empezó en los 90 en Canadá y Brasil, y ahora se quiere en Asia...

Pero, ¿le dieron a elegir...?

Me lo plantean hace meses y, para mí, es un reto, un privilegio...

O sea, que lo tuvo claro...

Sí.

¿Por qué Shanghai?

Porque China tiene desde hace 20 años un crecimiento espectacular en todo. Una compañía como Cepsa ha de estar donde el mercado crecerá. Además, somos líderes mundiales en los productos que elaboraremos allí.

¿Qué empleados tendrá? ¿Se llevará trabajadores de aquí...?

Es una planta pequeña, en un polígono industrial muy grande que proporciona casi todos los servicios. Serán unas 200 personas, en su mayoría chinos.

¿Ha tenido algo que ver en la elección de su sustituto?

No, en Cepsa hay muchas personas capaces y queda en buenas manos. Fernández lleva más de 25 años en Canarias y conoce todas las particulares de la logística, el marketing y la distribución.

Queda en buenas manos, pero, ¿le queda futuro a la refinería?

El futuro es muy difícil de predecir. En la larga distancia, Cepsa tiene un ADN canario muy importante y un proyecto industrial que quiere desarrollar, pero se necesita un apoyo externo que demandamos desde hace mucho tiempo.

¿Habría que cambiarle el nombre y quitarle lo de refinería...?

No; la refinería tiene varios pilares, como el del refino, pero también el almacenamiento y la distribución, algo muy importante para Canarias. Es un centro logístico de primer orden. Canarias tiene unos 2,2 millones de metros cúbicos de capacidad y las instalaciones de Tenerife ocupan 1,4, lo que da idea de su magnitud. Estamos ligados a las reservas estratégicas de petróleo en las Islas y, a corto plazo, no se prevé que esto cambie...

O sea, problemas de abastecimiento no hay...

No, y Cepsa lo ha garantizado...

¿Qué debe pasar para que haya: que siga parada mucho más?

Hombre, de momento no hay, aunque siempre es mejor tener una planta de refino, al dar más opciones para elaborar productos según la demanda, distribuirlos...

Sindicatos como CCOO son muy pesimistas sobre el futuro y hablan de cierre, ¿lo comparte?

No, por el proyecto industrial...

Sin embargo, hay miembros del gobierno local que dicen que se debe ir recuperando terrenos a Cepsa: ¿tampoco lo comparte?

Por supuesto que no. Nuestra instalación industrial tiene el futuro condicionado por situaciones económicas externas, pero también por otras institucionales, con factores difíciles de predecir.

¿La clave sigue siendo el Plan de Calidad del Aire?

Es una parte muy importante. No compartimos ese plan...

¿Se elaboró mal técnicamente?

Es un plan incorrecto.

¿Es un plan político?

No entraré en esas valoraciones. Desde el principio, hemos intentado, desde una seriedad y profesionalidad extraordinarias, exponer nuestra posición, pero no ha sido tenida en cuenta por las instituciones responsables de la cuestión medioambiental.

¿Ha notado un cambio en la visión política sobre la refinería?

No.

¿Ni siquiera en CC?

No, aunque no sé que pasó antes de mis 7 años. El discurso no cambió, pero ese plan innecesario pone en peligro la producción.

¿Mantiene que las críticas a la contaminación son infundadas?

Son completamente incorrectas. Comparar las condiciones ambientales de Santa Cruz con cualquier ciudad industrial del mundo y decir que estamos mal es falso. La gente tiene que viajar más. Canarias tiene una situación privilegiada ambientalmente y, si se hacen los controles adecuados, la ciudadanía no se debe preocupar.

¿Mantiene que el medidor de la piscina lo distorsionó todo?

Sí, solo por eso se hizo el plan.

¿Que la ciudad le gane espacio a la refinería es compatible con mantener la producción?

No. Una instalación como esta es compleja y no se puede dividir las unidades; están relacionadas.

¿Jamás se podrá reubicar?

La tendencia europea es reducir el gasto y consumo de refino, lo que da exceso de capacidad, convierte la competencia en clave y limita nuestras opciones. Si unimos que tenemos las imposiciones ambientales más severas de España que las Islas no disponen de gas natural, que cuesta menos, pero no mucho, se complica más.

¿Ve factible ese gas en las Islas?

Es un producto que, en un momento dado, se ejecutará y será compatible para ciertas industrias...

¿Y es compatible con las renovables? El gobierno quiere un 60% de energía limpia en 20 años...

Es un problema de precio. A medida que se apuesta por las renovables, se limita la convencional: el petróleo y el gas natural. El gas es muy costoso en infraestructuras. Si las renovables le van comiendo el terreno, lo harán más caro.

Pero, ¿ve factible lo del 60%?

No lo sé.

Fuga de talentos, futuro industrial y petróleo

García insiste en que no se puede dar ni un plazo para retomar el refino ni sobre la supervivencia de la refinería. "Depende del plan de calidad y de las condiciones del mercado". Sobre la "emigración" de trabajadores a la Península, la ve como una oportunidad que les da Cepsa a unos "talentos que he disfrutado aquí para seguir creciendo". También se moja respecto al futuro industrial de las Islas y lamenta que el peso actual sea "muy bajo" y teme que decrezca más si no se apoyan ciertos proyectos, "siempre con respeto al medio y el urbanismo. El sector sufre una parálisis extrema por riesgos exotéricos que impiden las inversiones. Para invertir, hay que tener dinero, ideas y no sufrir retrasos por el momento (político y social)". En su opinión, no es cuestión de didáctica de los profesionales, sino de cortoplacismo político. "Se necesita visión a largo plazo, pues los proyectos de la industria son a 25 años". Sobre la polémica del petróleo, la cree ilógica en unas Islas dependientes de derivados y del transporte, "aparte de que magnificarse los riesgos en su probabilidad y extensión".