Los alrededores del Pancho Camurria se han consolidado como el barrio 82 de la ciudad. Una zona en expansión donde las infraviviendas o chabolas ya llegan a un par de huecos del propio pabellón e incluso una tienda de campaña, ya en las cercanías de la autopista.

Leonardo Ruiz de Castillo, director de Cáritas diocesana en Santa Cruz de Tenerife, asegura que en los alrededor del Pancho Camurria hay alrededor de 15 casetas y que "en cerca de la mitad viven familias". Calcula que deben ser "entre 30 y 40 familias" en el asentamiento. A pesar de los esfuerzos que hace el Ayuntamiento de Santa Cruz ("pasa con la UMA a diario y les ha ofrecido pisos con alquileres sociales") el asentamiento no para de crecer y expandirse.

Ruiz del Castillo explica que en este ya conocido como barrio 82 residen personas con tres casuísticas fundamentales: "inmigrantes en situación alegal, personas sin ningún recurso y los que se han acostumbrado y no quieren otra opción". Los primeros de ellos no pueden, aunque quieran, acceder a un piso protegido porque "no existen" administrativamente ha-blando. No pueden ni poner a su nombre un recibo de luz o agua, argumenta el director de Cáritas.

La procedencia de estos extranjeros es del África subsahariana y Europa del Este, añade. "No se les permite la legalización; tienen que estar siempre del tingo al tango".

Los que no tienen ningún recurso ni empleo tampoco pueden hacer frente a los recibos de agua y luz, aunque el consistorio se ofrezca a pagarles el alquiler social, como ha hecho.

Los terceros suelen tener alguna patología mental o adictiva y no quieren vivir en otro sitio. "Están en exclusión tan severa que se niegan a ir a ningún sitio".

En el aumento de residentes en los alrededores del Pancho Camurria también puede haber influido la amenaza de demolición de la antigua fábrica de la Celgán, que habrá obligado a algunos a mudarse, considera. Todos ellos con una historia dramática detrás y alguna incluso chocante. "Había una pareja que tenían a los niños con los padres y les habían dicho que se habían ido a trabajar a Las Palmas. Nadie sabía que estaban allí", recuerda el director de Cáritas.

Para ponerle coto a esta situación, Ruiz del Castillo sostiene que es necesario que desde el Gobierno de Canarias se impulse "una política económica para crear empleo, en combinación del Cabildo y ayuntamiento". Enfocado sobre todo a dar facilidades a las pymes para crear empleo.

Óscar García: "Preparamos un plan de acción coordinada"

El nuevo concejal de Asuntos Sociales, Óscar García, reconoce que la situación en el Pancho Camurria es grave, pero también matiza que no se puede solucionar de un día para otro. "Queremos elaborar un plan de acción coordinada con Seguridad Ciudadana, Infraestructuras y Viviendas Municipales", de forma que puedan "actuar con garantías de resolver el problema" de forma definitiva. El concejal añade que les "gustaría hacerlo este año", pero que no sabe si será posible porque la idea es aplicar "una solución integral y definitiva" y con acciones que "garanticen los derechos de todos los implicados: vecinos, ayuntamiento y las más de 20 personas" que residen en las infraviviendas.

Un riesgo potencial para residentes y vecinos de barrios

El edil también reconoció que el asentamiento es un riesgo potencial primero para los propios residentes (ya murió un chico en un incendio en 2012) y para los vecinos de los barrios colindantes, porque han recibido "quejas de los barrios más próximos: Somosierra y Los Gladiolos". Por eso, esa solución integral también debe implicar desde ONG como Cáritas a la Subdelegación del Gobierno para abordar la situación de los inmigrantes sin papeles. Óscar García recordó que la entrada en funcionamiento de recursos nuevos del Albergue también ayudará.