"ILS CAT I". Ese es el mensaje que, antes del aterrizaje en Los Rodeos, sigue ofreciendo a los pilotos el sistema ATIS, que proporciona información sobre el viento, la visibilidad, las nubes o la ayuda a la navegación de un aeropuerto. Es decir, el aeródromo lagunero continúa en la categoría uno -la estándar- de las existentes para el apoyo a la aproximación de las aeronaves, lo que reduce las posibilidades de aterrizaje en condiciones de niebla.

ILS son las siglas de "Instrument Landing System", un dispositivo -con tres grandes categorías- que se compone de un equipo en tierra que emite señales -en el caso de Tenerife Norte, desde las inmediaciones de la caseta meteorológica- y que los aviones procesan y se las muestran al piloto. Se trata, en concreto, de dos haces electrónicos. Uno guía al avión en dirección a la pista y otro -la senda de planeo- es una ayuda vertical por la que el aparato va siguiendo un pasillo de descenso hacia la cabecera.

Cuando se producen condiciones de baja visibilidad, y aunque se dan ligeras oscilaciones entre los criterios establecidos por distintas organizaciones aéreas internacionales, en el nivel uno la visión mínima para poder aterrizar es de unos 1.500 metros, mientras que en el dos el descenso es posible en supuestos de solo 400 y en el tres pasa a ser casi automático. Por eso la importancia de estar en una categoría o en otra.

Según expertos consultados por este periódico, el problema reside en que, pese a que en 2014 se instaló en Los Rodeos el ILS II, este nunca ha llegado a funcionar plenamente. Y es que, tras la puesta en marcha de un mecanismo de este tipo, se realizan los denominados "vuelos de calibración", de los que, en Tenerife Norte, con el ILS II ya emitiendo señales, se han efectuado diez, precisan fuentes oficiales de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA). Pero ninguno de ellos consiguió operar con el nivel dos.

El motivo está en la llamada "senda de planeo". ¿Por qué? No está del todo claro o, al menos, las versiones entre especialistas en la materia y lo que dice AENA no acaban de cuadrar, si bien las partes tampoco se expresan de forma categórica sobre el origen de lo que ocurre. Sí coinciden en que algo falla. Los primeros plantean que podría deberse a "interferencias orográficas", dado que, a partir de la cabecera de la pista, no es una "planicie", sino que existe una "vaguada" que hace que las señales se pierdan hacia abajo y que la senda oscile; AENA, por su parte, indica que se debe a "fuertes fenómenos de turbulencia y cizalladura", que impiden a los aviones seguir la senda de descenso que marca el mecanismo ILS II. "Por lo tanto, motivos de seguridad desaconsejan la operación en CAT II/III", añaden al respecto.

Entretanto, fuentes oficiales del ente AENA confirman que la tecnología actual no permite resolver el problema existente con la senda de planeo.

Aena señala que ha puesto todos los equipos posibles

Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) afirma que en Tenerife Norte se han implantado, "y están plenamente operativos", todos los elementos necesarios para operar con el sistema instrumental de ayuda al aterrizaje ILS CAT II/III. A saber: se ha instalado el sistema de luces necesario, la zona de toma de contacto (sistema de luces que indican al avión dónde tiene que posarse) y el mecanismo de luces de eje de pista y rodadura necesario para operar en CAT II/III. También se ha desplazado el umbral de la pista para asegurar la operatividad. "Además se ha cambiado el equipo completo de ILS CAT I a CAT II/III de manera que las aeronaves reciben perfectamente la señal que marca el ILS CAT II/III", apuntan fuentes oficiales del ente.

Estas sostienen, pues, que AENA ha hecho todo lo posible para que se disponga del ILS II, pero que se da una problemática que responde a fenómenos meteorológicos y a cuestiones de seguridad.

Paralelamente, relativizan lo que sucede con los desvíos, cifrando esas derivaciones al Reina Sofía en menos de un 1% de las más de 45.000 operaciones que se dan cada año.

Un caso práctico: la tarde del 6 de julio, sin desvíos

El pasado 6 de julio fue un día especialmente complicado en el aeropuerto de Los Rodeos, debido a que la niebla obligó a numerosos desvíos y cancelaciones. Los datos del servicio de información meteorológica Ogimet demuestran que, de disponer del ILS II, las derivaciones a Tenerife Sur se reducirían notablemente, habida cuenta de que la categoría dos permite tomar tierra con una visibilidad mínima de en torno a 400 metros, frente a los 1.500 del sistema estándar. La razón está en que, entre las 17:00 y las 22:00 horas, la visibilidad se situó en los siguientes datos (en metros y en intervalos de media hora): 800, 700, 450, 700, 600, 600, 400, 500, 500, 500 y 500. Esto es, no se habría desviado al Reina Sofía ni una sola operación. Los expertos consultados explican que, en general, el 95% de los aterrizajes con niebla se efectuarían, dado que, puntualizan, en el aeródromo lagunero es infrecuente una visibilidad por debajo de 300 metros. En concreto, la neblina se da sobre todo en verano, en los meses de mayo, junio y julio, ante la circulación de los vientos alisios y la inversión de temperatura.