La validación de la segunda categoría del sistema ILS en el aeropuerto de Los Rodeos -que permitiría aterrizar en condiciones de niebla más difíciles- no solo supondría un beneficio para compañías aéreas y pasajeros, que dejarían de sufrir los desvíos a Tenerife Sur, sino también para los controladores aéreos, cuya labor se vería facilitada.

Así lo explica el secretario técnico de la Asociación Profesional de Controladores de Tránsito Aéreo de España (Aprocta), Ignacio Pérez, que detalla que subir al nivel dos significaría una "ayuda inestimable". Y es que la situación actual -con el ILS I, el sistema estándar- incrementa el esfuerzo que tienen que hacer estos profesionales para preparar las secuencias de aproximación.

Conocedor de las singularidades que presentan las operaciones en la Isla al estar destinado en el Reina Sofía, el representante de Aprocta relata que la aparición de niebla en Los Rodeos lleva a que se frustren aterrizajes y, en consecuencia, a la referida complicación en su labor. "Para nosotros significa un incremento en la carga de trabajo en el sentido de volver a planificar la secuencia de aproximación", apunta sobre los continuos cambios.

Otros planteamientos de Pérez coinciden en buena medida con los de expertos consultados por este periódico. "Los trastornos que genera afectan no solo a los usuarios sino a las compañías aéreas en relación a los costes", indica sobre el incremento que supone un desvío a Tenerife Sur.

Además, puntualiza que el número de derivaciones se podría reducir drásticamente si se consigue validar el dispositivo en cuestión. Si bien desde Aprocta no refieren cifras concretas, especialistas en aviación sitúan en alrededor de un 95% los aterrizajes que se acabarían llevando a buen término en el aeródromo lagunero aunque hubiese niebla. El motivo está en que, según varios expertos, es infrecuente que en el Norte haya neblina que produzca una visibilidad inferior al límite del ILS II, que ronda los 400 metros, en contraposición al tope de 1.500 que permite el nivel actual.

"La pregunta que tenemos también nosotros es: ¿cómo no se ha logrado validar un sistema tan caro", reflexiona el controlador, antes de precisar que el mecanismo funciona, dado que en los últimos años se ha instalado en los aeropuertos más importantes con problemas de visibilidad. En la misma línea, comenta que este colectivo profesional no conoce con certeza las causas por las que no se ha conseguido acabar de dar de alta el sistema ILS en el aeropuerto de Los Rodeos.

Ayer, más desvíos al Sur a consecuencia de la niebla

La época estival es la de mayor incidencia de la niebla en el aeropuerto de Tenerife Norte, debido a la circulación de los vientos alisios y a la inversión de temperatura. Ayer volvió a ponerse de manifiesto. Mediada la tarde, ocho vuelos habían sido desviados al Sur; cuatro de ellos interinsulares y otros cuatro, nacionales, según informaron fuentes oficiales de Aeropuerto Españoles y Navegación Aérea (AENA). A ello se unían, alrededor de las 18:00 horas, siete cancelaciones en salida, si bien cuatro de esos despegues acabaron produciéndose desde el Reina Sofía. Se produjo también durante la mañana la cancelación de un vuelo de La Gomera, debido a que el avión de ida no pudo aterrizar por el viento y tuvo que regresar.

El problema

En 2014 fue instalado en Los Rodeos la segunda categoría del sistema ILS, siglas en inglés de "Sistema Instrumental de Aterrizaje". Se trata de un mecanismo de ayuda a la navegación, a través del envío de señales electrónicas a los aviones. El problema está en que su nivel dos sigue sin poderse utilizar en este aeropuerto. Que estuviese operativo supondría un gran avance, pues cada categoría tiene una visibilidad mínima para poder aterrizar: la uno, hasta 1.500 metros; la dos, hasta 400, y la tres permite un aterrizaje casi automático.

Proceso de calibración

Es lo que falta. El ILS II necesita ser dado de alta por el denominado "avión de calibración". Durante meses lo intentó diez veces en Tenerife Norte, siempre sin éxito. Algo fallaba que impedía acabar de homologar la denominada "senda de planeo" o "glipe slope". Fuentes oficiales de AENA sostienen que el problema reside en "fuertes fenómenos de turbulencia y cizalladura" que impiden seguir la senda de planeo, y que, por lo tanto, no es aconsejable operar en la referida categoría del dispositivo ILS.

Varias teorías

Entre los expertos consultados hay teorías diversas. La más extendida es la que tiene que ver con las interferencias orográficas. ¿De qué manera? Apuntan que a partir de la cabecera de la pista no es una planicie, sino que existe una vaguada que hace que oscile la senda de planeo. La posibilidad que cita Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea también está contemplada, al menos en parte o como factor que estaría contribuyendo a la imposibilidad de que el avión de calibración le haya dado el visto bueno al ILS II. Algunos de quienes plantean esa opción lo hacen, concretamente, utilizando la denominación "chupón de Machado", que es como los pilotos y otros profesionales habituales de la instalación llaman a una confluencia de vientos que se da en la zona y que, al parecer, recibe ese nombre por el primer piloto que se refirió a ella, apellidado Machado.