La rotura de una tubería de aguas depuradas de grandes dimensiones, situada por encima de la autopista TF-1, sembró ayer el caos y el miedo en Radazul Bajo, tras la formación de una espectacular riada que invadió las calles Magallanes y Juan Sebastián El Cano de este importante enclave costero del municipio de El Rosario. Esta incidencia se transformó en grave cuando el agua acumulada en la parte alta se concentró en la trasera de la Urbanización Magallanes, lo que provocó que cuatro viviendas se vieran afectadas y una de ellas de bastante gravedad.

Se trata de los vecinos del número 22 de la calle con el mismo nombre, ya que el agua entró en la vivienda, que en esos momentos, sobre las 10:15 horas, estaba ocupada por tres mujeres y un bebé de tres meses. En ese momento, los primeros en llegar al auxilio fueron una pareja de la Guardia Civil, que ante la gravedad de los hechos y el nerviosismo de los adultos por la situación creada rescataron a los afectados por un muro colindante con el pleno conocimiento de que podría ocurrir una desgracia, ya que la presión del agua se acumulaba en la cocina (el agua llegó a alcanzar el techo) mientras los ocupantes estaban en otras estancias de la casa.

Una vez puesta a salvo y asegurada la familia se decidió evacuar tres viviendas más con el objetivo de minimizar los riesgos ante las miradas curiosas del resto de residentes que desde las aceras de arriba o bien desde sus ventanas o balcones observaban lo sucedido.

Tras esta acción llegaron los efectivos del Consorcio de Bomberos de Tenerife y la Policía Local de El Rosario, que aseguraron la zona y desviaron el tráfico de vehículos y el paso de personas hasta que finalmente los operarios de Balten, dependiente del Consejo Insular de Aguas de Tenerife, pudieron cerrar la zona de la rotura de la tubería, que bombea aguas depuradas desde Santa Cruz hasta Valle San Lorenzo, en Arona.

A los pocos minutos, el alcalde de El Rosario, Escolástico Gil, también hizo acto de presencia en el lugar para comprobar, primero, el estado de los vecinos, y después evaluar las afecciones a las viviendas y a los espacios municipales, junto al concejal de Obras e Infraestructuras y técnicos del ayuntamiento.

Desde ese mismo momento, mientras los operarios de limpieza de la corporación local empezaron a desescombrar las calles afectadas, trabajadores de Balten, en la parte alta, pudieron cortar el caudal de agua y se afanaron después en sustituir el tramo de tubería afectada, que es de un metro de diámetro.

En cambio, todavía con el miedo en el cuerpo , una de las afectadas, que prefirió evitar las cámaras por el momento vivido, reconoció haber pasado "mucho miedo, fue como una auténtica riada porque el agua desplazó muchas piedras y no solo tierra y barro. Fue algo increíble, pero gracias a Dios no pasó ninguna desgracia".