El Cabildo de Tenerife estrenó ayer dos medidas pensadas para contribuir a reducir los habituales atascos mañaneros en la autopista del Norte (TF-5) en días laborables: la tarifa reducida en las guaguas de 5:00 a 8:00 horas, y el tramo de carril bus en pruebas en la TF-235, entre la rotonda de El Búnker y el aeropuerto de Los Rodeos. EL DÍA se subió a la guagua en La Orotava para comprobar los efectos de ambas medidas y, al menos en una primera impresión compartida por usuarios habituales de la guagua, el descuento viene bien, pero el atajo aún es insuficiente para que las guaguas sean competencia seria para los coches. De momento solo permite adelantar la llegada a La Laguna en unos cinco minutos.

Las guaguas que conectan el Norte y el área metropolitana de forma más o menos directa (líneas 310, 108 y 107) pasan por la estación de guaguas de La Orotava entre las 6:40 y las 6:55. Pero si alguien llega pasadas las siete menos cinco de la mañana, entonces no tiene ninguna alternativa antes de que vuelva a pasar la 107 a las 7:50. Casi una hora sin guaguas directas en hora punta es un problema.

Tras una espera de 55 minutos, este periódico se subió a la 107 a las 7:52. El precio con bono: 1,15 euros. Una treintena de personas completaba el pasaje de una guagua que se puso en marcha a las 7:56. La mayoría de los usuarios, personas mayores y alrededor de una decena de jóvenes.

La mayor parte de los pasajeros viaja en silencio (pensando en sus cosas); cuatro jóvenes escuchan música con auriculares (uno a todo volumen); otro se entretiene con su tablet; una persona lee EL DÍA (y no estaba preparado), y dos jóvenes conversan animadamente sentados en asientos separados (aquí hay tema).

La guagua llegó a La Victoria a las 8:04. En la parada de El Ramal, en La Orotava, se habían subido tres jóvenes más unos minutos antes. En La Victoria se suma un señor con bolsa bandolera y nadie más sube a la guagua hasta la parada de La Matanza, donde se sube un jubilado que lleva una garrafita de vino (se supone que tinto matancero) metida en una bolsa de plástico. Son las 8:07.

A las 8:12, la guagua llega a Tacoronte y allí se bajan el señor de la bolsa bandolera y el jubilado de la garrafita de vino. Un minuto después aparece la cola. Las retenciones están en el kilómetro 19 de la TF-5 (se han rodado hacia el área metropolitana desde que, una hora antes, Carlos Alonso pasó por allí subido en la 310).

A partir de Tacoronte, tráfico intermitente mientras el chico sigue escuchando música machacona de discoteca a todo volumen (atención) mientras duerme. "Se va a quedar sordo", comenta acertadamente una pasajera que tiene que aún ir a recoger el título de la ESO al instituto porque en verano estuvo "muy liada". La guagua se para otra vez a las 8:20. En las vías auxiliares también se ven atascos.

A las 8:24, la 107 entra por el carril junto a la fábrica de Coca Cola (el futuro carril bus) y pasa por detrás de la gasolinera. La maniobra sorprende a los más habituales ("irá a poner gasolina"), pero viendo cómo se adelanta la cola de la cercana TF-5, aparecen comentarios optimistas: "Pues no va a estar mal el rollo este".

El atajo parece que funciona cuando la guagua pasa junto a la rotonda del búnker a las 8:26. Ahí empieza el verdadero carril bus y todo va como la seda hasta que, muy cerca del aeropuerto del Norte, aparece una cola inesperada. Mucho coche en el carril para guaguas. Son las 8:31, hay cola en el carril bus y en la autopista del Norte el tráfico es muy fluido. Dos minutos de atasco y vuelta a la TF-5 a las 8:33.

La 107 entra a Los Rodeos y no deja ni recoge a nadie. La maniobra dura dos minutos. A las 8:40, la guagua llega al desvío del Padre Anchieta. En esa primera parada se bajan siete estudiantes que dicen que lo normal era llegar allí a las 8:45. Se han ahorrado cinco minutos con las nuevas medidas. Les gusta, pero no les cambia la vida.

En la rotonda del Padre Anchieta el atasco dura más de cinco minutos. A las 8:47 la guagua llega al Intercambiador de La Laguna y se bajan el resto de estudiantes. Los que siguen a Guajara prefieren bajarse allí y hacer transbordo en el tranvía. Llegan antes y caminan menos. La guagua los dejaría al otro lado de la TF-5, junto al puente de Las Chumberas.

Unas 30 personas se suben a la 107, que se convierte en una guagua urbana. Tarda seis minutos en volver a ponerse en marcha. Desde que llegó al enlace de Padre Anchieta ha tardado 14 minutos en volver a la TF-5. A las 8:56 está en la parada de Guajara (justo una hora después de salir de La Orotava) y, parada tras parada, llega al HUC a las 9:00 y al HUNSC a las 9:03. Para junto al Centro Comercial Meridiano a las 9:08. Una hora y 14 minutos después de salir de La Orotava.

Para regresar al Norte no hay rebaja. De Santa Cruz a la Villa, 2,90 euros con bono. De las 61 paradas de la 101 hablamos otro día.

viaje en la 310

El presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso (CC), se desplazó en la mañana de ayer a la estación de guaguas de La Orotava para subirse a la línea 310. Salió a las 6:40 horas de la Villa.

En su perfil de Twitter @carlosislatener, Alonso fue narrando su viaje a bordo de la 310. A las 6:54 horas aseguró que ya estaba a la altura de La Victoria con "algo de retención". Un minuto después subrayó: "Retenciones ya en La Victoria".

A las 6:58 horas, el presidente insular explicó que había retenciones a cinco kilómetros en La Matanza: "Circulación intermitente. Stop and go".

A las 7:09 de la mañana, Alonso dijo que su guagua estuvo casi parada durante cinco minutos en el kilómetro 24.

A las 7:14, a la altura de El Sauzal, Alonso anunciaba: "Sin retenciones. Pero no digo nada porque esto es como Las Teresitas cuando dices que no hay viento y empieza a soplar".

Posteriormente, Alonso intervino en varios medios y entró en conversaciones con usuarios de Twitter y no narró el resto del viaje. A las 7:40 horas retuiteó a Cope y una frase suya: "Las medidas de descongestión de la TF-5 están empezando a notarse". Aunque más tarde reconoció que aún es pronto para evaluar las medidas, "que deben promocionarse mejor".

Alonso considera que "las soluciones que se han adoptado -la tarifa reducida y el carril bus- son adecuadas, aunque aún hay que perfeccionarlas".