"Basta recorrer determinadas zonas de la ciudad para comprobar el nefasto panorama de espacios pintarrajeados con un gusto más que dudoso. Las autoridades deben tomar cartas en un asunto más grave de lo que parece". Lo apunta el portavoz de un grupo de vecinos de Santa Cruz a la hora de desvelar lo que ellos mismos llaman "la senda de las pintadas".

Desde la avenida de San Sebastián, a la altura del Parque Cultural Viera y Clavijo, a la trasera del Estadio Heliodoro Rodríguez López y a la vía ganada al barranco de Santos junto a la futura Casa del Carnaval que, valoran estas fuentes, "cuando la vayan a abrir tendrán que rehacerla completa". Y al otro lado, de la prolongación de Ramón y Cajal, con especial incidencia en el Paseo de la Concordia, a La Noria.

Aparte de "la falta de limpieza en jardines y fachadas" o de unas aceras "impregnadas de chicles o sus restos" inician su recorrido virtual por la secuolla centenaria cercana al Viera y Clavijo, "cerrado a cal y canto hace años, pero esa es otra historia". Desde ahí a la trasera del Estadio, "un mundo indómito e ideal para la pintada, de arriba a abajo, de un lado a otro, y con una desangelada salida del parquin frente al Hotel Escuela, que pide a gritos un jardín (con espacio para el crecimiento de las raíces de los árboles)".

"La imagen para los turistas o pasajeros de los cruceros que pasan por allí (cada vez más) - apuntan- deja mucho que desear".

La siguiente etapa de la ruta es el puente Galcerán y su entorno donde, resumen, "habría que emplear a una brigada en exclusiva durante dos años por lo menos para obtener resultados". Porque "en los bajos, como pasa también en el Serrador, el panorama es lamentable: firmas chapuceras que rozan el insulto de quienes se creen artistas. También sobre los garajes de edificios colindantes, en los muros de los solares, en las vías del centro deportivo ubicado en el cauce del barranco o en la trasera del pabellón Ana Bautista, llena de basura. Un auténtico desastre".

Entre el parquin de la prolongación de Ramón y Cajal y los bajos de La Noria, indican, "hay una bonita plaza, pero la fuente está seca y descuidada. Solo es utilizada por los perros para sus necesidades. Muchos dueños no recogen los excrementos y el olor a meado es intenso. Por no hablar de los hoyos que hacen los animales en el césped y en los que algún despistado ha metido la pierna".

La ruta por el Paseo de la Concordia está "llena de sorpresas. Las paredes del edificio que albergara a los Salesianos, las entradas de los locales, las ventanas de los bajos o las puertas aparecen pintadas con garabatos que ni un niño de tes años se atrevería a hacer".

Valoran las fuentes "restauraciones como la reciente del mural de César Manrique en la plaza de San Juan Bautista de La Salle".

"Paredes de edificios, fachadas de cristales y todo el mobiliario urbano que encuentran a su paso, añaden, es objeto de estos vándalos del spray y la pintura. Propiedad pública y privada". Reclaman "una brigada especial de limpieza de estas acciones y más vigilancia para detectar a estas personas". Pero también "concienciar a los chicos, formarles e informarles sobre un patrimonio de todos y que todos tenemos la obligación de cuidar. Y proteger".

"A ver si 2016 -concluyen- nos trae más conciencia cívica, menos abandono, y más limpieza y cuidado de nuestra ciudad".

Labor compleja

"No es fácil abordar la limpieza integral de las pintadas porque el grafiti es otra cosa. Esto es ensuciar por ensuciar". Lo apunta el concejal de Servicios Públicos, Dámaso Arteaga, quien recuerda que "el servicio forma parte del contrato con la concesionaria, que tiene personal especializado y el material adecuado. Es una tarea compleja y se complica en fachadas protegidas o esculturas". También costosa, con el cálculo anual de unos 150.000 euros. "Dentro del Proteu de la Policía Local hay un grupo activo, explicó el edil. Vigila de paisano y ha sorprendido a personas con el spray en las manos que han sido luego sancionados". Las multas, incrementadas en 2015, van de 500 a 5.000 euros. Por otra parte, el ayuntamiento ha contratado a un centenar de personas procedentes del paro para tareas de limpieza, pero Arteaga aclara que "no para luchar contra las pintadas. Harán recogidas en solares, pequeñas labores de albañilería o el enfoscado y pintado de muros". En barrios de los cinco distritos.