"Todo partió de una idea que tuvimos, en diciembre de 2013, varios amigos y vecinos de Anaga con motivo de la declaración como pueblo de San Andrés y Taganana. Se nos ocurrió hacer investigar sobre los lagares tallados en piedra o tosca en el macizo". Ruymán Izquierdo, uno de esos jóvenes, buscó e inventarió junto a sus compañeros durante varios años estos símbolos culturales en la vertiente Sur del macizo -María Jiménez, San Andrés e Igueste- y en la Punta de Anaga -Chamorga, Anosma e Ijuana-. Este "humilde informe", señala, ha permitido inventariar cerca de 100 lagares en piedra, únicos en la isla y muy poco frecuentes en Canarias.

"Hicimos un vídeo con mi voz en off -explica Ruymán-, proyectado en 2014 y 2015. Hemos decidido mostrarlo ahora en Youtube y lo hemos colgado en la red para que los ciudadanos conozcan este tesoro histórico y cultural que se esconde en los barrancos y las laderas de Anaga".

"No somos historiadores profesionales ni académicos -advierte-, solo vecinos que queremos la tierra de nuestros antepasados y nos dedicamos a rescatar sus tradiciones. Este es el resultado de años de inquietudes, de muchas entrevistas con mayores, de buscar información en archivos y de caminar esos barrancos y laderas".

El material y la abundancia los hace distintos a los del resto de Canarias, íntegramente de madera. Sobre el centenar en el macizo, hacen de Anaga un lugar etnográficamente único en lo que respecta a la actividad vinícola tradicional. Nuestra hipótesis sobre su origen -apunta Ruymán-, sin documentación histórica que lo confirme, apunta a las condiciones geográficas y a la escasez de maderas adecuadas".

Han encontrado, aclara, "ejemplos en la Península Ibérica, en Galicia y el norte de Portugal, donde existen un gran número de lagares pétreos de origen romano. Hemos supuesto y deducido, sin afirmar -precisa-, que esta técnica la pudieron traer colonos portugueses que se establecieron en Anaga. Así, el ingenio de azúcar que se construyó a principios del siglo XVI en Taganana fue obra de lusos que emplearon a albañiles y carpinteros de su nacionalidad. 500 años después de que se introdujera la viña en Anaga -y esto si está documentado- quedan un centenar de lagares pétreos".

Los lagares están ubicados en las zonas de cultivo de la viña. En medio de los campos, en orillas de barrancos y dentro de cuevas. Muchos aparecen hoy semisepultados o enterrados por escombros o cubiertos de vegetación.

Los autores diferenciaron tres zonas de estudio. En primer lugar, la vertiente Norte, de la Punta del Hidalgo al Faro de Anaga. Aquí se concentran la mayor parte de ellos y solo en Taganana hay 46.

Por otro lado, la vertiente Sur, de María Jiménez a Igueste. Comprende el pueblo de San Andrés (6) María Jiménez (1) e Igueste (2)). Aquí localizaron 9 lagares.

En tercer lugar, la Punta de Anaga, en concreto los barrancos de Chamorga, Anosma e Ijuana. En esta zona catalogaron 12, diez de ellos solo en Anosma.

El vídeo acaba con un mensaje a los ciudadanos, en especial a vecinos y propietarios de Anaga, "para que comprendan la importancia y el valor de los lagares tallados en tosca, con el fin de cuidarlos y conservarlos, como un legado de nuestros antepasados y una herencia a dejar a las futuras generaciones". Buena conclusión.