"Ya le han prendido fuego más de diez veces. Y aquí se sigue metiendo lo que no se debe. Pero nadie hace nada". Es la queja de David Carballo, presidente de la asociación de vecinos Guacimara-La Gallega, sobre el estado que presenta el polideportivo y, en especial, los vestuarios.

Nido de ratas y de gente que lo utiliza "para muchas cosas", el responsable vecinal pide al Ayuntamiento de Santa Cruz que "corte por lo sano" y derribe los cuartos que, en su momento -aunque no por mucho tiempo-, sirvieron como casetas para los deportistas.

"Las han tapiado varias veces, pero no ha servido de nada", denuncia Carballo. "Parece que esperan a que ocurra algo. Esto lleva así varios años", remarca.

El estado de los vestuarios no es más que un ejemplo del deterioro que presenta la instalación deportiva. El firme está levantado en gran parte de la superficie de juego, no tiene alumbrado, uno de los tableros de las canastas está roto, las porterías de fútbol sala sin redes y las vallas que limitan el recinto han ido "desapareciendo" poco a poco a manos de los "amigos de lo ajeno". "La policía los ha cogido alguna vez, pero se las han seguido llevando", asegura el presidente vecinal.

"Muchos padres ignoran cómo está esto", subraya David Carballo, al hacer referencia a la cantidad de niños que, a pesar del mal estado que presenta la instalación, aún hacen uso de ella cada tarde.

Según recuerda el presidente de la AV Guacimara-La Gallega, el polideportivo estuvo cerrado durante un año, hace ahora unos diez, para ejecutar en él una mejora integral. "Cuando abrió ya lo hizo con deficiencias. Y luego fueron desapareciendo cosas", indica.

No obstante, las quejas de Carballo no solo se centran en el polideportivo, sino que se extienden a otra instalación anexa: la cancha de bochas.

"Verónica Meseguer -concejal de Deportes- nos prometió el oro y el moro, pero al final tuvimos que jugar los juegos municipales en la cancha de la asociación de vecinos 7 Islas de El Sobradillo", lamenta el representante vecinal.

El recinto para jugar a las bochas está lleno de basura y hojas secas, y la farola que podría aportarle luz está "absorbida" por un árbol que, según Carballo, "parece que se niegan a podar" cuando acometen trabajos similares en el parque Santa Catalina, un extenso recinto que limita con las instalaciones deportivas y que, según la asociación de vecinos, también presenta importantes carencias.