Una ligera brisa y la previsión del área de Fiestas de adelantar a las 11:30 horas el comienzo de la romería (en lugar de a las 13:00, como era habitual) hizo que los miles de romeros, que madrugaron algo más que otros años, no se vieran defraudados en la XLII Romería de La Esperanza.

La cita comenzó en torno a las 10:30 horas, con la solemne eucaristía, oficiada por el párroco José Domingo Morales, y la procesión de la venerada imagen de Nuestra Señora de La Esperanza hasta la plaza del ayuntamiento. La alcaldesa honorífica de la Villa presidió el desarrollo de la romería y recibió las ofrendas de las agrupaciones folclóricas, así como de todos los fieles.

Casi una veintena de carretas, varios cuerpos de baile, barcos, rebaños de cabras y parrandas y hasta un burro formaron el cuerpo de la XLII Romería de La Esperanza, que contó con la presencia de las autoridades locales e insulares, encabezadas por el alcalde, Escolástico Gil, y por el consejero insular Pedro Suárez, con la romera mayor de las fiestas, Yarixa Concepción Rodríguez, y sus damas de honor, en un lugar destacado.

Guitarras, timples, parranderos y melodías de folías y malagueñas (algunas, con la isla de La Palma presente) entonadas en corrillos o a las puertas de los bares y lo quioscos. La XLII Romería en honor a Nuestra Señora de La Esperanza se convirtió en una amalgama de miles de romeros que disfrutaron del tradicional recorrido por la calle de El Calvario. Pese a algún huevo duro lanzado con demasiada puntería (alguno amagó hasta con tirar una sandía), los romeros montados en las carretas no daban avío para compartir la comida y la bebida entre el público que abarrotaba la calle de El Calvario. Algunos repartían carne y salchichas a diestro y siniestro.

Como cada año cabe destacar el alto grado de participación del pueblo rosariero, que copó los ventorrillos dispuestos a lo largo del recorrido, y el respeto a las prohibiciones.

Hoy, día festivo en El Rosario, terminarán las fiestas de La Esperanza con el festival infantil, la quema del haragán y la última verbena amenizada por Los Ideales.