El expresidente de CajaCanarias Álvaro Arvelo afirmó hoy que la concesión de un préstamo a Inversiones Las Teresitas "no creó ruido" porque se hizo con total transparencia a un grupo empresarial "acreditado" y con expectativas de negocio "muy importantes", y calificó de irrelevante el que el Banco de España avisase del riesgo de la operación.

Álvaro Arvelo realizó esta consideración durante su declaración en la sesión celebrada hoy en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife en el juicio del denominado "caso Las Teresitas" en alusión al préstamo de 5.500 millones de pesetas que concedió en 1998 la entidad financiera al grupo de inversores que quería comprar el frente de la playa.

En aquella época Arvelo era director general de CajaCanarias y Rodolfo Núñez ostentaba la presidencia, y respecto a la cuantía del préstamo aseguró que para él se trató de una operación "completamente normal" porque aunque era alta "no sé si era la más importante" concedida por la entidad.

Afirmó que para él lo primero es que lo solicitaba "un empresario con garantía".

Arvelo aludió de esta manera al constructor Antonio Plasencia, uno de los socios en Inversiones Las Teresitas, a quien calificó de cliente "muy, muy importante", pues contaba con "unas ocho o diez empresas" con liquidez y era "riguroso y cumplidor".

Para "armar la operación" del préstamo Arvelo no recuerda en qué momento tuvo conocimiento de la iniciativa pero "lo lógico" es que Plasencia se hubiera dirigido primero al director comercial de su ámbito o al subdirector de Turismo y Construcción de Cajacanarias, y era "lógico" tramitarlo de forma "ágil" "por el conocimiento" que se tenía del empresario.

Afirmó que no le pareció llamativo que en la solicitud del préstamo figurase como accionista al 50 por ciento de la sociedad un trabajador con nómina de unos 2.000 euros (Felipe Manuel Delgado) porque no estaba en sus funciones comprobar este extremo que es "completamente irrelevante".

Preguntado por si se realizó alguna objeción en la reunión del consejo de administración de CajaCanarias que aprobó conceder el préstamo el 23 de junio de 1998, Álvaro Arvelo manifestó que hubo una abstención (el empresario Amid Achi) pero "no hubo más ruido, algún comentario irrelevante pero nada trascendente".

En cuanto a la afirmación de Amid Achi de que recibió amenazas para no oponerse a la operación por parte del también consejero Nicolás Álvarez, Arvelo dijo que éste "es un caballero" y no concibe que "practique las amenazas", y en todo caso "puede que haya hecho algún comentario", y agregó que en su momento Rodolfo Núñez le indicó que Amid Achi tenía un interés especial en participar en la operación.

Indicó también Arvelo que este tipo de operaciones se estudian previamente por el comité de inversiones de CajaCanarias en el que él participaba "desde el punto de vista teórico" pero no en la práctica, afirmó después de que admitiese a preguntas de la fiscal María Farnés Martínez que su firma aparece en el documento que avala la operación.

También fue cuestionado por el supuesto pago de 36.000 euros que habría recibido Arvelo procedente de una empresa de Plasencia, a lo que contestó que no encuentra explicación alguna y no conoce esa operación, jamás ha recibido prestación alguna por parte del citado constructor y "lo que sí sé es que hay mucha imaginación para decir que existe este apunte".

Tampoco llegó a ver nunca la tasación de TINSA, que no recuerda si se envió a Gerencia de Urbanismo y justificó el préstamo en la previsión del Plan Parcial de Las Teresitas que en su opinión permitía construir 5.000 plazas hoteleras sobre 101 parcelas "en el mejor suelo".

Previamente testificó ante la sala Fernando Ramos, directivo de CajaCanarias que en 1998 hizo el estudio de viabilidad para dar el visto bueno al préstamo de 5.500 millones de pesetas, "el más alto en una sola operación concedido" por la entidad en toda su historia, según confirmó ante el tribunal.

Precisó que la decisión final sobre la autorización del crédito la dieron "los máximos dirigentes de la Caja" aunque no recuerda quién negoció las condiciones, que supuso que fue el subdirector general de Negocios, y manifestó que él se basó en un informe de la Consejería de Política Territorial del Gobierno canario "donde decía que se podía construir en esos solares".

"La máxima conclusión es que no hacían falta muchos análisis" porque quien pedía el préstamo era Antonio Plasencia, que contaba con un saldo medio en la Caja de 1.200 millones de pesetas "y puedo garantizar que al menos en Tenerife, no había un cliente" con esa disponibilidad y esa trayectoria, era un lujo y no hacía falta" más aval, resumió.

Agregó Ramos que fue Inversiones Las Teresitas la que aportó un estudio de volumetría con la distribución futura de hoteles, viviendas, adosados y edificios de varias plantas en un ámbito de edificabilidad de 390.000 metros cuadrados y dispuestos a edificar inmediatamente, y la cifra global ascendía a unas 2.580 viviendas.

En su opinión, aunque la operación se canceló un año después "tuvo un buen fin", puesto que según sus cálculos basados en el euribor de junio de 1998 en 24 meses los beneficios netos de CajaCanarias rondaron los 600 millones de pesetas.

La sesión del día comenzó con la declaración por videoconferencia de Felipe Manuel Delgado, contable en varias empresas del expresidente de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife Ignacio González con una nómina de entre 1.800 y 2.000 euros mensuales y que participó en Inversiones Las Teresitas al principio de su constitución "por un favor" que le pidió el citado empresario "pero sólo duró una semana".

Afirmó que ni le preguntó en que consistía el favor porque estaba seguro de que cualquier petición de Ignacio González no le iba a comprometer en nada y aseguró que el empresario le dio un talón de 15 millones de pesetas para crear una sociedad (Inversiones Las Teresitas) y a los quince días estas acciones pasaron a su nombre.

Añadió que González le había comentado que tenía que hacer una operación en la que no podía figurar y por eso le pidió el favor y él lo único que hizo fue mecanizar la documentación que llegaba a sus manos, aseguró Delgado, quien destacó que no vio ni recuerda haber firmado nada de la solicitud del crédito de CajaCanarias.

También indicó que bajo órdenes de Ignacio González él podía firmar talones y que las parcelas de Las Teresitas se inventariaron como existencias, aunque no recuerda la cuantía.

Posteriormente también declaró por videoconferencia el exjefe de la Demarcación de Costas Manuel Barrios, quien afirmó que no recuerda detalles del Plan Parcial de Las Teresitas, del deslinde en vigor en 1998 ni de la sentencia del Tribunal Supremo que lo modificaba, aunque finalmente aseveró que cree que llegaba a la parte más alta del muro de la playa.

El juicio se reanudará el 3 de octubre con la comparecencia de más testigos, entre ellos el actual alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez.