"Estamos hartos de una situación repetida cada vez que llueve. Tenemos que limpiar nosotros, como podemos, la carretera porque las administraciones se pasan la pelota sobre las competencias. Después de los primeros aguaceros del otoño se han producido nuevos desprendimientos de los taludes, pese al mallado, y la vía se ha reducido a un carril porque el otro está lleno de piedras". Así se manifestaba ayer un portavoz de los usuarios y residentes en el entorno de la playa de Las Gaviotas, en el litoral de Anaga.

Hay dos problemas: "Por un lado, la caída de piedras de la ladera en una carretera con curvas cerradas y escasa visibilidad. La reducción a un solo carril puede originar un accidente grave. Por otra parte, la acumulación de escombrosy sedimentos arrastrados (rocas, ramas, tierra...) ha originado un montículo de 40 centímeros de altura en la zona de los aparcamientos. Los barrancos no están bien encauzados y corren por una calzada en la que, pese a ser reasfaltada hace apenas cinco años, no hay ni un solo imbornal".

"La playa estuvo cerrada, en el tramo de los apartamentos Playa Chica a los aparcamientos -recuerdan las fuentes-, a raíz de los derrumbes ocurridos tras el temporal de febrero de 2010. Se colocó la malla de seguridad y se reabrió en 2012. Pero cada vez que llueve se repite el problema sin que nadie se haga responsable".

Aseguran que "hemos presentado escritos en el distrito de Anaga y nos hemos dirigido al Ayuntamiento de Santa Cruz, que asegura que la competencia es de Costas; a la empresa Urbaser, encargada de la limpieza en el municipio, que dice no tener responsabilidad, y a la Dirección General de Costas".

En el ente estatal, señalan, "reconocen que la carretera es suya, de dominio público, pero la competencia en cuanto a limpieza, higiene y salubridad corresponde al ámbito municipal. Nos remiten al Capítulo III, artículo 225, apartado del Reglamento General de Costas que regula el Real Decreto 876/2014 del 10 de octubre publicado en el BOE al día siguiente".

"Exigimos una solución permanente, no temporal, -apuntan- a un problema recurrente. Hay peligro en la carrtera donde es frecuente encontrar otro vehículo de frente".

La playa, resumen, "es fantástica, semivirgen y de arena volcánica negra, algo que se da en Canarias, Hawaii y pocos sitios más. Atrae a muchos turistas, más de los que parece. Ahora, aunque no sea temporada, en días de sol se réunen una media de 400 peronas. Y no hay servicios básicos con excepción, curiosamente, de los contenedores de basura porque incluso permiten el reciclaje".

Enumeran las carencias: "El quiosco está cerrado temporalmente, no hay duchas ni acometida de agua, ni alumbrado público. Esto la convierte de noche en picadero y a la mañana siguiente el panorama es desolador. Pero la gente sigue viniendo por su atractivo y porque no hay muchas zonas de baño en nuestro litoral".

Concluyen así: "El ayuntamiento dice que los escombros de la carretera no son su competencia. ¿Si dejamos bolsas de basura en la vía tampoco la limpiarán?".