Los habituales atascos mañaneros en la autopista del Norte (TF-5) volvieron a mostrar ayer su peor cara, con ayuda de las lluvias intermitentes. El trayecto entre La Orotava y Santa Cruz de Tenerife, de unos 35 kilómetros, normalmente se puede completar en 30 minutos. En días laborables y lectivos universitarios se suele tardar el doble, unos 60 minutos. Ayer, La Orotava y Santa Cruz llegaron a estar a dos horas de distancia por autopista. Un suplicio.

La jornada fue especialmente caótica, aunque no se produjeron accidentes de gravedad. Los atascos comenzaron a primera hora y duraron mucho más de lo habitual. El área de Carreteras del Cabildo de Tenerife informó de que los atascos en la TF-5 se mantuvieron hasta pasadas las once y media de la mañana.

Los atascos afectaron también al transporte público. La guagua que cubría la línea 101 de Titsa en el peor momento de los atascos tardó tres horas y 20 minutos en completar un recorrido por todos los pueblos que habitualmente dura una hora y media, según denunció el grupo insular del PP. Esa guagua tardó 35 minutos más en llegar del Puerto de la Cruz a La Laguna, a 30 kilómetros, que lo que tarda un vuelo Tenerife Norte-Madrid, que cubre 2.044 kilómetros en 2 horas y 45 minutos.

Además, debido a las lluvias, ayer fue necesario cortar durante una media hora la carretera del Este de acceso al Puerto de la Cruz. De nuevo la cascada que se forma en la desembocadura del barranco de Los Pastores puso en riesgo la circulación.

Por su parte, en el Sur de la Isla la lluvia hizo muy poco acto de presencia. Salvo en el margen Sureste, donde hubo en algún momento del día, la jornada se caracterizó por la presencia de sol y nubes. Por tanto, las consecuencias en las retenciones registradas en la autopista (TF-1) fueron las de cada día debido a una deficitaria red de carreteras y el elevado parque automovilístico.

Como es habitual, el problema se centró, especialmente, al paso por Las Chafiras (San Miguel) y por el enlace de Arona-Los Cristianos.