El presidente del Grupo Popular del Cabildo de Tenerife, Manuel Domínguez, suspende la gestión del Grupo de Gobierno en la Corporación insular, cuando se llega casi al ecuador de la presente legislatura.

¿Qué balance hace de la gestión del gobierno insular de CC-PSOE?

No veo cambio alguno en Tenerife. En infraestructuras seguimos estando en el mismo nivel, lo mismo que en materia de carreteras, sanidad y demás. No se ha visto ningún tipo de cambios en estos dos últimos años en los que, por un lado, la gestión regional se ha perdido en peleas y, en la insular, a través del márquetin, todo se ha quedado en buenas ideas y pocos hechos.

¿Qué nota le pondría?

Esto ha sido un trámite ordinario en el que han suspendido. Ni siquiera se le puede dar un aprobado raspado.

¿En algún área ve buena gestión?

Sí, en turismo, donde se han abierto un poco más las puertas y se ha escuchado al sector empresarial, cuya participación ha dado pie a que tengamos mejores resultados. Asimismo, cuando no hay gestión, no hay ejecución y el Cabildo ha pecado de mucho bombo y platillo, de mucha promesa y de poca ejecución. Mucha economía, y poca ejecución. En lo que vamos de año, hay áreas que no han superado el 10% de su ejecución. Además, hay una materia que me preocupa mucho y es el servicio público de transporte, que no está adecuado a las necesidades de nuestros vecinos.

¿Seguirá este pacto en el Cabildo hasta final de legislatura?

Sí, tanto en contra de la opinión del presidente del Cabildo como de quien habla en un principio, se conformó un gobierno que por intereses llegará al final del mandato, pero no por los intereses que todos los que nos presentamos en política deseamos, y es el beneficio de los ciudadanos, sino por intereses partidistas, desde mi punto de vista. Es un matrimonio de conveniencia. Ambos están cómodos; uno en la sumisión, y el otro en el ordeno y mando.

¿Y el papel del PP en la Corporación insular? ¿Está contento?

Yo estoy contento con el trabajo que estamos llevando a cabo en la oposición, sin bombo ni platillo, sin "show" ni espectáculo, pero sí con una gestión constructiva donde hemos hablado de todos y cada uno de los sectores que preocupa a los tinerfeños.

¿No es una oposición poco vistosa?

Probablemente, en los tiempos que corren estemos acostumbrados a que la crítica, la bronca y el enfrentamiento sea lo que está de moda, pero a mí no me van a encontrar ahí. Soy totalmente opuesto a ese tipo de gestión. Hay que sentarse, trabajar y llegar acuerdos con los diferentes sectores para que la situación salga adelante.

Podemos dice que la oposición son ellos.

Dentro del circo siempre hay malabaristas, payasos, domadores, y en este caso ellos tienen una figura que no es ni la del malabarista ni la del domador.

¿Qué necesidades imperiosas tiene la Isla?

Hay una materia que a nosotros nos preocupa mucho, que es la movilidad. En carreteras aquí hay un suspenso grandísimo, un cero. No se está haciendo nada en conservación de carreteras, salvo comunicar todos los días que se va a invertir algo y que nunca llega esa inversión. En ejecución de nuevas infraestructuras estamos a años luz de otra islas, que han tenido un desarrollo importante. El cierre del Anillo Insular, la TF-1 y la TF-5 han sido las grandes asignaturas pendientes. 30 años después del problema seguimos en el mismo lugar.

¿Y qué sucedió con el Pacto por Tenerife?

El primero que lo firma es el presidente del Cabildo y el segundo yo en representación del Partido Popular. Ha servido para que algunos se vieran en la tesitura de apoyar algunas cosas en las que no creían, por ejemplo el PSOE, que al principio no lo firmaba. Desde la oposición se puede gobernar para que se puedan ejecutar acciones concretas. Nos van a encontrar en aquel asunto de importante para Tenerife en la que nosotros podamos ser un nexo de unión. Además, me presto y me ofrezco a poder ser el nexo de unión con el Gobierno de España, que en el momento en el que nos encontramos es muy provechoso para los que vivimos en Tenerife.

¿Le preocupa el supuesto desfalco en el recinto ferial?

Me preocupa toda acción que se pueda llevar a cabo contraria a la ley. El Cabildo es una maraña administrativa muy compleja. Allí donde encontremos una sola duda, seremos muy incisivos.

¿Y la incompatibilidad del vicepresidente José Antonio Valbuena?

De hecho con el vicepresidente y consejero de Medio Ambiente fuimos los primeros que en este asunto en el debate plenario y supimos sobre la mesa cuestiones que han hecho pensar a los técnicos. Creo que esta acción es nula de pleno derecho, y merece que dimita.

¿Qué tiene que decir sobre la venta de los tres casinos de la Isla?

El Cabildo tiene que ir enajenando muchas de sus empresas y adelgazando de manera urgente, porque despistamos la atención hacia una gestión que no compete a una administración. Creo en la competencia, el libre mercado y el sector empresarial. Los casinos no los debe gestionar el Cabildo, y hay que acelerar esa venta sí o sí.

¿Y qué opina del rechazo del Parlamento canario a tramitar la Ley de los Barrancos de Güímar?

A Güímar se le está tratando mal con el intento de gestión de esa ley, ya que prohibirá el desarrollo y la oportunidad que existe en este municipio. Hay que utilizar otras herramientas, las que genera el PIOT en el Cabildo y el Plan General de Güímar, pero nunca una ley como la que han planteado, cuyo desarrollo tiene muchas dudas.