El consejero de Industria, Pedro Ortega, ha afirmado hoy, respecto a la restauración de los barrancos de Güímar (Tenerife), que la situación es complicada de resolver porque los planes presentados por los areneros no se adecuan a las exigencias, y por ello se continúa trabajando.

Pedro Ortega, que también es consejero de Economía, Comercio y Conocimiento, realizó esta consideración en el pleno del Parlamento regional durante el debate de una interpelación sobre las actuaciones en relación con la actividad de extracción de áridos en Güímar que defendió el diputado socialista Gustavo Matos.

El consejero detalló que ha habido reuniones entre representantes del Gobierno, Cabildo tinerfeño y Ayuntamiento de Güímar para buscar una solución consensuada en este ámbito, además de contactar con los areneros que fueron condenados por la afección al medio ambiente que causó su actividad extractiva durante varias décadas.

En algún caso se ha dicho a los areneros que los planes de restauración que han presentado no se adecúan a lo exigible y el consejero recordó que según una sentencia de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife tienen que abonar los costes de dicha reparación ambiental, aunque "hay que decirles cómo" y son los técnicos de Industria los que deben determinar qué es lo que corresponde.

Existe el compromiso de todas las administraciones implicadas de buscar una solución para este problema hoy y también para el futuro, y conseguir además que ésta "no cueste al bolsillo de los canarios", añadió Ortega.

"Más pronto que tarde espero plantear en qué situación estamos, pero no depende de nosotros solamente, sino de los areneros que tienen que contestar a nuestros requerimientos", agregó.

Precisó también que su Consejería no tiene competencias en materia de ordenación del territorio y del medio ambiente en lo que afecta a la restauración paisajística de los barrancos, una zona que en el Plan Insular de Ordenación de Tenerife (PIOT) se incluye en los ámbitos extractivos de la isla.

Asimismo en el Plan General de Ordenación de Güímar se califica la zona como suelo rústico de explotación minera y al respecto el consejero puntualizó que a día de hoy no existe un instrumento de ordenación que prohiba esta actividad.

Detalló que cinco de las canteras de la zona tienen una orden de caducidad dictada en su momento por la Consejería de Industria y sólo hay una cantera con la orden en vigor, y no hay causas por las que declarar su caducidad.

El parlamentario socialista Gustavo Matos afirmó que el consejero ha venido a dar la razón a su grupo en cuanto a que el Gobierno de Canarias no tiene proyecto de ley alguno para ordenar los barrancos de Güímar ni sustentar de esta manera "la solución envenenada" del proyecto que intentó tramitar sobre este ámbito el presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, que "nunca tuvo que haber llegado a este Parlamento".

Matos dijo que una vez más del debate parlamentario de esta cuestión se ausenta el presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, y acusó al Ejecutivo de jugar al regate en corto para atraer a su vera a la alcaldesa de Güímar, Carmen Luisa Castro (PP), "ustedes sabrán por qué".

El diputado conminó al Gobierno a ponerse a trabajar y dejar de perder el tiempo con escaramuzas como el proyecto del Cabildo de Tenerife "que ni ustedes se creen", y ponerse las pilas para ejecutar la sentencia, que es de enero de 2016, de manera "que no se vayan de rositas los condenados".

Gustavo Matos recriminó a Ortega que no haya dicho "ni una palabra" sobre el fin de la actividad extractiva en Güímar, algo que en su opinión debe hacerse "como dicen los informes de la Consejería", es decir modificando el PIOT, elaborando un proyecto "y cumpliendo con la ley, y no con la cosa esa que trajeron al Parlamento el otro día".

Instó además al Ejecutivo regional a desarrollar la legislación canaria en materia de minas y que solicite al Gobierno central que modifique la ley estatal en este ámbito, pues a su juicio esta regulación perjudica al archipiélago ya que "no es lo mismo extraer áridos en Cuenca o Segovia que en Güímar".