La Agrupación Folclórica Universitaria marcó ayer el ritmo del Corpus lagunero. La AFU, como se le suele llamar habitualmente -por sus siglas-, no solo confeccionó una alfombra en las inmediaciones de la Catedral con productos vegetales, sino que incorporó una puesta en escena: indumentaria típica, momentos de música y herramientas también pegadas a la tierra. Renunciaron a los colorantes, a los plásticos y a cualquier otro recurso que entrase en contradicción con lo antiguo. Hasta los vasos plásticos o botes de metal para extender los materiales dieron paso a las conchas de lapa. La consecuencia fue que se convirtieron durante la mañana en el centro de todas las miradas.

"Hemos intentando rescatar cómo se hacía antiguamente; porque no es necesario teñir, sino solo usar elementos naturales", explicaba el ideólogo de la iniciativa, Cristo Velázquez, mientras sus compañeros creaban una imagen que parecía sacada de una postal, rodeados por una montaña de azafrán, dátiles, cardos borriqueros, varas de viña, picadillo de madera, brezo... Detrás, en torno a un mes de preparativos y un proceso de recolección.

Fue, en definitiva, una mirada al pasado en un Corpus que se enfrenta a su futuro. Días después de que diferentes colectivos lamentasen la situación por la que ha atravesado en los últimos años, la cita se desarrolló este domingo entre dos realidades antagónicas: una calle de La Carrera repleta de tapices, colorida, muy transitada... y una San Agustín con bastante menos vida y grandes huecos entre alfombras, igual que en el atrio catedralicio solamente hubo pasillos.

De lo que no cabe duda es del esfuerzo de los participantes, los que permiten mantener la costumbre. Dieron forma a cristos, ángeles, custodias y otras figuras menos religiosas. De todo un poco, como suele ocurrir. Por haber, hubo hasta un diseñador que puso su foto (y dos veces). Nuevamente, la gran mayoría de tapices tuvieron la marmolina teñida como materia prima, dado que es el producto principal que entrega el ayuntamiento (este año, en una cantidad de 30.000 kilos).

Las de tipo vegetal, al contrario, eran solo unas pocas. Entre ellas, la del Colegio Máyex, la realizada por un grupo de amigos delante del Hospital de Dolores o la de la Esclavitud del Cristo. Otra de las que lucían más cuidadas era la confeccionada por la Cofradía del Rescate y la Hermandad de la Purísima de la parroquia de La Concepción, con más de 60 ediciones a sus espaldas, y hecha con flores, tártago, brezo y otros elementos menos usuales que recordaban a sandías en miniatura. Son estas últimas las que defienden con frecuencia los críticos con el estado del Corpus, si bien requieren un sobreesfuerzo, con la recogida de materiales y hasta, en algunas ocasiones, su adquisición.

De las palabras del alcalde, José Alberto Díaz, se desprendía que desde el consistorio hay confianza en la continuidad de esta cita. A los pies del tapiz de la AFU, el regidor local celebró a media mañana la participación de los vecinos y puso de relieve que se trata de una tradición que es "referente". En distinto tono se expresó el concejal Iván González (PP), que entiende que hay que "buscar una solución". La sucesión de quejas de su cuenta de Twitter, donde se estrenó hace apenas una semana, reflejaba su malestar.

Pero puede haber esperanza. Porque la mejora o no a largo plazo dependerá de unos colectivos -los infantiles- que ayer no faltaron a la cita y que ofrecieron buena parte de las composiciones más llamativas y con mayores dosis de creatividad. El trabajo de papel y tenis del Cabrera Pinto, los murales del CEIP Camino de la Villa, el colorido tapiz de La Salle o las mariposas en relieve de la Sección Infantil de la Hermandad del Rosario dejaron a entrever el buen hacer de los más jóvenes.

Ya por la tarde, la procesión del Corpus salió desde la Catedral con su característico boato: hermandades vestidas de negro, señoras de blanco y con peineta, repiques, pétalos volando desde el campanario, autoridades civiles y religiosas... Ante ese desfile, primero, y la actividad de los equipos de limpieza, después, acabaron sucumbiendo las alrededor de 65 obras elaboradas. Es lo que tiene el arte efímero.