Aunque es consciente de las dificultades que tendrá el proceso, el concejal de Cultura de Santa Cruz de Tenerife, José Carlos Acha, aseguró ayer que la "voluntad" del Ayuntamiento de la capital es "recuperar" las esculturas "Penetrable" y "Tensores", desaparecidas y cuyo valor superaría los dos millones de dólares.

El asunto, que colea desde hace más de una década, resurgió la pasada semana tras una pregunta de la concejal Yaiza Afonso, de Sí se Puede.

En el caso de la primera, del artista venezolano Jesús Soto, ya fallecido, el edil de la capital confirmó a este periódico que el Organismo Autónomo de Cultura (OAC) solicitará a los Servicios Jurídicos municipales que determinen la propiedad intelectual -el copyright- de la obra, desmontada hace años del parque García Sanabria por los continuos actos vandálicos que sufría y por el peligro que entrañaba para los más pequeños.

Si los letrados determinan que la escultura es propiedad del ayuntamiento, el OAC se compromete a recuperarla e instalarla donde ha sugerido Vicente Saavedra (Colegio de Arquitectos): Biblioteca Municipal o plaza del TEA. "Si se puede hacer, lo haremos; nos gustaría volver a montarla. Haríamos una inversión", recalcó José Carlos Acha.

Otra cosa es que los Servicios Jurídicos determinen que la titularidad no es municipal. En ese caso, el consistorio tendría que negociar con la familia del artista venezolano, con la que ya existe un antecedente negativo: no hubo acuerdo económico para sustituir "Penetrable" por "Esfera virtual", a pesar de que Jesús Soto había dado su visto bueno antes de fallecer.

Con respecto a "Tensores", del francés Claude Viseux, el concejal de Cultura avanzó ayer que remitirá, esta misma semana, sendas cartas al presidente de Cabildo, Carlos Alonso, y a Metropolitano de Tenerife en las que solicitará que hagan "una búsqueda más profunda" de la escultura en otros servicios y almacenes insulares.

Hace unos días, y en una consulta previa que hizo el edil de Santa Cruz, el servicio administrativo insular de Cultura respondió que no existía ningún documento que acreditara la entrega de la obra a la Corporación tinerfeña.

Acha, sin embargo, insiste en que existen evidencias gráficas, hasta febrero de 2007, de que la escultura estaba en un depósito de la adjudicataria de las obras del tranvía. "Puede que no llegara nunca al área de Cultura", comenta.

La secuencia, en este caso, sería la misma. Si la obra aparece, la intención del ayuntamiento es recolocarla en la ciudad, en un sitio aún por determinar. Pero si no lo hace y hubiera que rehacerla, habría que seguir un itinerario idéntico al anterior: los Servicios Jurídicos deberán acreditar primero de quién es la propiedad intelectual como paso previo a su reconstrucción.

Eso sí, en este caso el concejal de Cultura de Santa Cruz tiene claro que si finalmente la obra es municipal y se decide clonarla, "el Cabildo tendría que colaborar económicamente" en ello.