El Cabildo realizará una campaña promocional, que se prolongará durante un mes, para impulsar el consumo de los productos pesqueros locales, según anunció ayer el vicepresidente y consejero insular de Agricultura, Ganadería y Pesca, Jesús Morales, iniciativa que se enmarca dentro de la creación de una marca colectiva para la pesca artesanal promovida por la Corporación.

La campaña incluye publicidad en vallas, marquesinas y anuncios en radio y televisión e internet para que el consumidor reconozca la marca colectiva "Pesca artesanal" y sepa diferenciar los productos pesqueros locales de los foráneos. Según Morales, con esta iniciativa "se garantiza que se trata de un pescado capturado por profesionales del mar de Canarias, con artes de pesca legales y que cumple con la normativa relativa a las tallas mínimas y a especies protegidas".

En la presentación participaron el presidente de la Federación Provincial de Cofradías, Manuel Díaz, y el titular de la Federación Regional, Fernando Gutiérrez, quien resaltó que iniciativas como ésta "ayudan a fortalecer al sector pesquero y a hacerlo más sostenible, y a combatir el furtivismo".

El Cabildo pretende que la marca colectiva incremente el valor añadido del pescado y el marisco que se captura en las Islas y que ha pasado por el procedimiento de primera venta que legaliza los productos pesqueros.

La iniciativa lleva un año funcionando y ya utilizan este distintivo nueve cofradías de pescadores, dos empresas mayoristas de pescado fresco, cuatro pescaderías y cuatro restaurantes. Seis empresas más están a la espera de acogerse a la marca, y el Cabildo ha iniciado las gestiones con más restaurantes y pescaderías para contar este año con unos 40 establecimientos.

500 profesionales

En Tenerife existen actualmente diez cofradías de pescadores que agrupan a cerca de 500 profesionales del sector y 340 embarcaciones. La contribución de la pesca profesional al PIB de la Isla llega al 0,3% y la producción pesquera ronda los nueve millones de kilos. Destaca especialmente la pesquería de peces pelágicos costeros y oceánicos (túnidos, chicharros, caballas o sardinas), la pesca de recursos demersales (samas, sargos, bocinegros o cabrillas) y el marisqueo, básicamente camarones y pulpos.