La mañana, espléndida, respondió al deseo de quienes cada 1 de noviembre cumplen con sus familiares fallecidos un tradicional tributo de flores. Hasta 60.000 personas se acercaron a Santa Lastenia, principal cementerio de Santa Cruz, desde el pasado sábado hasta ayer, Día de Todos los Santos, previo al de Difuntos de hoy, jornada culminante del dispositivo especial habitual cada año. Desde este punto, camino al Sur, EL DÍA se trasladó al centro de la ciudad, al barrio de Cuatro Torres, para comprobar cómo el viejo camposanto de San Rafael y San Roque abrió para mostrar un panorama de deterioro y abandono que uno de los pocos visitantes calificaba de "vergonzoso".

La tranquilidad habitual de los largos pasillos llenos de tumbas, mausoleos y panteones se vio alterada ayer como cada año en Santa Lastenia. "No hay por qué venir hoy sino cada vez que sale del corazón". Lo decían las hermanas Pilar y Fátima, que en el Patio San Rafael limpiaban con esmero el nicho de la familia García Crosa donde reposan "los abuelos, papá, mamá, una hermana, una tía...". Un poco más allá, en un gran panteón, el de la Familia Quintero Hernández, Jonay y su madre, Inocencia, fregaban el mármol negro de la lápida que recuerda a los seis familiares que reposan allí.

Por delante cruza Ángel con una bolsa en la que lleva las flores que acaba de retirar de la tumba de su familia. Baja a comprar otras frescas al puesto de Ana, florista veterana, quien dice: "Cuando más gente viene es el 31. Compran, vuelven el 1, las dejan y como hace mucho calor se van. Rosas, Llilium o crisantemos, la flor por excelencia estos días con 5.000 o 6.000 ramos solo aquí".

"Madre ejemplar. Ana Marrero Cruz (17-11-1994)". Es el epitafio del familiar de las cuñadas Rosa y Rosi que pasaban "el pronto y el paño" por el mármol del nicho adquirido en propiedad.

Son muchas, más de 120.000, las almas que reposan en Santa Lastenia. Sus familiares reciben el asesoramiento del personal de Cetensa, 36 trabajadores, liderados por el gerente, Juan Antonio Higueras, que ayer se desvivían en limpiar y facilitar escabeles. Higueras valora: "Un día tranquilo, sin incidentes y con fluidez salvo algún pico que hizo necesario reforzar el servicio -arriba y abajo en circuito- de la guagua interior". Gentes de todas las edades pero, sobre todo, mayores o de "mediana edad". Pocos jóvenes.

En el espacio de niños y neonatos la nota de color la ponen los globos colocados por una mano anónima. "Me los encontré al llegar a las siete de la mañana", explica un trabajador, escobillón y pala en ristre.

Poca gente y sosiego entre tumbas destruidas. Es el resumen del paso por la segunda etapa de esta ruta "de muerte y de vida": el cementerio viejo, San Rafael y San Roque. Personas con familiares allí enterrados allí y curiosos. Al fondo se oye cantar el "Ave María". Ente los árboles aparece la coral de la AV El Chapatal. El presidente del colectivo, Ricardo Trujillo, y la directora de la formación musical, Isabel Bonilla, cumplieron un año más, pese a que no hay actos oficiales este 2017. En el camposanto de los ilustres tinerfeños "abandonados a su suerte hasta después de muertos", aseguraba ayer otro visitante.