Canarias es un paraíso. Un paraíso en todos los sentidos y quien lo ha dudado hasta ahora es porque, seguramente, no se ha parado a ver todo lo que las islas ofrecen. Hace unos meses, la cabecera canaria El Día, publicaba un artículo sobre cómo los casinos en Canarias se están proponiendo como otra oferta más del viaje. Pasar del Royal Vegas al Casino Playa de las Américas o al Casino de Santa Cruz, así, y con una hora menos, es algo que cada vez está más de moda.

Y es que la modalidad online no tiene nada que ver con la presencial. El ambiente de los casinos siempre generó una cierta emoción, una suerte de orgullo y privilegio de poder estar allí, caminar sobre su moqueta y apostar en una mesa de blackjack, creyéndose uno de los protagonistas de Ocean’s Eleven. Sintiendo el olor de la fortuna y el cosquilleo de poder cambiar las fichas por más dinero de con el que se llegó. O el riesgo de perderlo todo. O el nerviosismo y la seguridad de tener algún truco maravilloso por el que siempre se gane.

Visitar el casino es una forma de coronar un día estupendo en Tenerife. Ir a la playa, tomar el sol y bañarse en sus aguas en las que se refleja la naturaleza de una isla que podría estar perfectamente en el mar Caribe. Hacer quizá algún deporte acuático. Secarse al sol, viendo los colores que se entremezclan, el verde, el azul, el dorado…sentir la brisa y el olor tan característico. La tranquilidad de las vacaciones, el reloj que nunca llega a su último segundo. Es un día perfecto en la isla.

Degustar un plato de patatas con mojo rojo o verde. Probar todos los quesos posibles e inimaginables. Dejarse llevar por la tranquilidad, el gusto y el ritmo de los chicharreros, como se les conoce coloquialmente a los habitantes de Tenerife. Tomarse quizá un ron miel pensando en hacer la digestión. Y hacerla. O no.

Y, por la tarde, decidir hacer una ruta e ir a visitar el Teide y su parque natural. Porque Canarias es eso: mar, naturaleza, gastronomía, pero también ocio y diversión. Y, no hay que olvidarse del buen tiempo.

Canarias, especialmente las islas de Tenerife y Gran Canaria, pero las otras tampoco se quedan atrás, atraen a multitud de visitantes cada año, con independencia de la estación. Este 2017 que terminó cerró para el archipiélago como el mejor de su historia, llegando a los 16 millones de turistas y no sintiendo, al menos, por el momento, los efectos del Brexit.

La clave del éxito es la forma de vida, es toda la oferta cultural, gastronómica y de ocio. Es la alegría y la tranquilidad de sus habitantes y los paisajes dignos de película. En esta atmósfera, el casino y el juego se entremezcla y se incluye como un atractivo más de la isla, por su alegría y la excelente predisposición de todos los que están allí disfrutando de sus vacaciones. Jugar siempre fue divertido. Y más en un ambiente como la de los casinos canarios.