"Las consecuencias de la escasa cosecha de miel de 2017 la estamos sufriendo ahora. De hecho, yo he perdido clientes por no tener producción. Dependemos de la climatología y de las abejas. De los últimos veinte años, 2017 fue el peor de todos", aseguró a EL DÍA el presidente de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Miel de Tenerife y extitular y actual miembro de la Asociación de Apicultores de Tenerife (Apiten), Juan Jesús Ramos Fariña.

Ramos recordó que el año pasado se recogieron unas 16 toneladas de miel certificada con la DOP Miel de Tenerife, "una cantidad muy escasa. Por ello, ahora el mercado está desabastecido".

El representante de los apicultores comentó que "ahora entra la picaresca de las empresas de fuera que hacen su agosto vendiendo su producción. Entran mieles originarias y no originarias de la Unión Europea, y lo que hacen es adquirir varias mieles de fuera a precios económicos para luego mezclarlas entre sí, envasarlas, etiquetarlas y comercializarlas como si fueran canarias, lo cual es un engaño para el consumidor".

En su opinión, "esto se combate comentándole a la gente que compre mieles que estén certificadas, que la adquieran en los mercadillos a apicultores que conozcan y sean de confianza. Que no compren cualquier cosa por ahí; que miren bien y observen la etiqueta", aseveró.

El presidente de la DOP Miel de Tenerife apuntó que "cuando el mercado queda desabastecido, estas firmas aprovechan el filón para ser su agosto". Y destacó que los ingresos este año para los apicultores tinerfeños son "muy malos, con unas pérdidas tremendas. Al quedarse el mercado desprovisto, la gente va por otras mieles y pierde la producción local".

"La marca certificada te garantiza que estás consumiendo mieles producidas en Tenerife. Por eso, hemos hecho campañas para que se consuma el producto local, con iniciativas similares a las que se han hecho con otros productos como los quesos o los vinos", dijo.

Juan Jesús Ramos también avanzó que de cara a la nueva campaña de recolección de miel, "tenemos muy buenas sensaciones", y añadió que "el invierno venía muy seco, pero desde enero ha empezado a recuperarse. Ha llovido, y las colmenas se han recuperado. Espero que sea una campaña no buena, pero sí regular. En el sur de la Isla va a estar complicado, especialmente de tajinaste de barrillo porque llovió muy tarde y poco, pero las cifras serán mejor que las de 2017. Pero en estos momentos es imprevisible hablar de aumento de porcentajes".

Ramos indicó que "a primeros de junio tendremos las primeras mieles que son las de relinchón, aguacate, tajinaste de la zona sur, y, ya entrado julio, se recolectarán las mieles de retama y demás".

El presidente la DOP Miel de Tenerife también denunció el robo de colmenas en la Isla: "Al ser un año tan malo de miel se han muerto muchas colmenas. Lo que se ha hecho en muchos sitios es robar para reponer al necesitar abejas. Un tema que también se ha generalizado en toda España. Este año ha disminuido mucho el censo de colmenas, y según nuestros cálculos pueden estar en torno a las 3.000 colmenas las que se han dado de baja. La cosecha de miel no solo en Tenerife, sino en todo el país, ha sido muy mala".

En Tenerife hay 600 apicultores y 16.000 colmenas, unas cifras que se mantienen en el tiempo con colmenas repartidas, fundamentalmente, en el Valle de La Orotava, Valle de Güímar y el Sur de la Isla. A nivel autonómico, estos registros ascienden a 700 explotaciones y casi 20.000 colmenas.

La apicultura en Tenerife representa para muchas de las personas que se dedican a esta labor entre el 20% y el 50% de la renta familiar. En la Isla se produce una media de 130.000 kilos de miel al año y se suelen hacer, como mínimo, dos recolecciones.