El Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER) inició ayer la construcción de los parques eólicos de Areté y La Roca, dos infraestructuras que generarán energía eléctrica para 14.000 viviendas y que permitirán disminuir la emisión anual a la atmósfera de 144.000 toneladas de dióxido de carbono, 1.000 toneladas de óxido de azufre, 380 toneladas de óxido de nitrógeno y 130 toneladas de monóxido de carbono.

Estos dos parques, que están ubicados en el Polígono Industrial de Granadilla, suponen una inversión que ronda los 29 millones de euros y las obras están previstas que finalicen a finales de este año. Ambos proyectos han sido declarados por el Gobierno de Canarias de de Interés General y como Inversión Estratégica para Canarias. A esta infraestructura promovida por el Cabildo y el ITER se unirá un tercer parque ubicado en Arico, lo que supondrá una inversión total que ronda los 60 millones de euros, aproximadamente.

El acto de inicio de los trabajos contó con la presencia del presidente del Cabildo, Carlos Alonso; el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo; el consejero del área Tenerife 2030, Antonio García Marichal; y los alcaldes de Granadilla y San Miguel, José Domingo Regalado y Arturo González, respectivamente. Alonso indicó que "gracias al Cabildo y al ITER tendremos una potencia de 130 megavatios de energía eólica y fotovoltaica a finales de año. Y eso es fruto del esfuerzo y el trabajo que se lleva realizando desde hace casi 30 años. En los últimos cuatro se ha realizado un esfuerzo por parte del Gobierno de Canarias para impulsar las energías renovables y hay que alabar la dedicación y el tesón de las consejerías de Industria y Medio Ambiente porque no ha sido un trabajo fácil". Alonso también tuvo palabras de agradecimiento para el Polígono Industrial de Granadilla y el Ayuntamiento de Granadilla, "que han estado todo este tiempo junto a nosotros, involucrados en impulsar estas energías y que han permitido la instalación de estos parques eólicos".

Por su parte, Fernando Clavijo reconoció que ha sido "una labor complicada que ha consistido principalmente en desbloquear los parques eólicos porque el concurso estaba judicializado. El esfuerzo ha valido la pena y ahora estamos pendientes de dos subastas más del Ministerio que nos gustaría tener antes de que acabase el mandato porque eso supondría dar un salto cualitativo y situar a Canarias a la cabeza de las energías renovables. Eso nos permitiría tener un 45 por ciento de la producción de energías renovables en 2025 y un 100 por 100 en 2050".

José Domingo Regalado señaló que "hubo algunos momentos de incertidumbre antes de llegar a este punto y gracias al acuerdo con el Cabildo podemos dedicar inversión a mejorar espacios ambientales. Estos parques ubicados en Granadilla servirán para aportar beneficios a toda la isla, porque se trata de producir energía para todos".

El parque eólico Areté está formado por cinco aerogeneradores Enercon modelo E-92 de 2.350 kW de potencia nominal y dos aerogeneradores Enercon E82 E4 de 3.020 kW de potencia nominal. La potencia total es de 17.790 kW. Por su parte, el parque eólico La Roca está formado por tres aerogeneradores Enercon modelo E-92 de 2.350 kW de potencia nominal y cuatro aerogeneradores Enercon E82 E4 de 3.020 kW de potencia nominal. La potencia total es de 19.130 kW. La potencia total de este parque es de 18.400 kW. La totalidad de los aerogeneradores se instalará para una altura de buje de 78 metros. El conjunto de aerogeneradores de los dos parques se dispondrá en tres filas de máquinas. Cada aerogenerador lleva integrada su propia estación transformadora elevando la tensión a 20 kV y realizando la conexión del parque a la red eléctrica a 66 kV a través de una subestación transformadora.

En la zona del Polígono Industrial de Granadilla existen ya tres parques eólicos, todos dentro de las instalaciones de ITER.

La ubicación de los parques en la zona escogida se ha realizado por las condiciones eólicas favorables que reinan en la zona y la compatibilidad de uso del suelo. Al tratarse de un complejo industrial, el impacto en el entorno es mínimo debido a las infraestructuras ya existentes.