La última borrasca ha dejado toda la Isla bastante mojada. Una bendición para el campo, y, sobre todo, para la agricultura que aún subsiste. Se han registrado, además, algunos incidentes, como un derrumbe a la altura de Los Azulejos, y el pasado día 1 aún permanecía una vía cortada. Pero el primer día del año fue aprovechado por numerosas personas para subir al Parque Nacional de El Teide y, a pesar de que el teleférico no estaba funcionando, disfrutar del buen día. En el Llano de Ucanca había algunos charcos de agua, que nos permitían captar imágenes con el reflejo de El Teide, Pico Viejo y La Catedral. El invierno no ha dejado en las cumbres la nieve de otros años, llamando poderosamente la atención el manto blanco en El Teide. Afortunadamente, las lluvias han mojado la cara norte y la zona metropolitana desde hace tiempo. No ha sido así en la cara sur, donde prácticamente no ha llovido. El frío sí ha sido notable y en las imágenes tomadas en la dorsal que separa la cara norte de la cara sur, muy cerca del Peñón de Malabrigo, a menos de un kilómetro de Izaña, se pueden apreciar las ramas de pino, retama o la hierba pajonera, con hielo por la parte norte de la planta y sin hielo por la parte sur, fiel reflejo de la propia temperatura.